MADRID, jueves 30 de septiembre de 2010 (ZENIT.org).- Ante la próxima visita del Papa, el 6 y 7 de noviembre, los obispos invitan a los fieles a “estar muy atentos” a lo que diga, y a seguir sus intervenciones, si no es posible en directo, a través de los medios de comunicación.
El mensaje de bienvenida al Papa fue publicado hoy al concluir la CCXVII Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal, reunida en Madrid.
La visita a Santiago y Barcelona será “con motivos bien precisos, a dos Iglesias diocesanas, cuyos obispos ya se han dirigido a sus fieles explicándoles la importancia de este acontecimiento providencial y exhortándolos a acoger al Sucesor de Pedro”.
El resto de las diócesis, afirman los prelados, también deben participar: “todos hemos de aprovechar espiritualmente la visita del Santo Padre, al que damos ya desde ahora la más cordial bienvenida”.
“Esperamos con fe y con ilusión su Visita. Sabemos bien que donde está Pedro, allí está la Iglesia católica – afirman -. Santiago y Barcelona podrán experimentarlo de manera más viva y directa. Pero todas las diócesis de España están llamadas a beneficiarse”.
“Muchos peregrinarán a Santiago o a Barcelona. Otros podrán ver y escuchar al Papa por los medios de comunicación. Todos podrán unirse espiritualmente por medio de la oración, ya desde ahora, a las intenciones del Santo Padre”, añade el mensaje.
De hecho, la Conferencia Episcopal ha puesto en marcha una web para poder seguir la visita en directo, tal y como ZENIT informó el pasado martes.
De Santiago, los obispos recuerdan que el Papa “llega como peregrino a uno de los lugares apostólicos más emblemáticos de las raíces cristianas de España, de Europa y de América”.
En Barcelona, el Santo Padre consagrará en Barcelona el templo expiatorio de la Sagrada Familia, “bellísimo espacio, concebido e iniciado por el genial arquitecto y siervo de Dios Antonio Gaudí, que se halla ya en condiciones para acoger la celebración del culto divino”.
“A finales del siglo XIX, cuando se proyecta el templo, la Iglesia advertía ya que la familia natural y cristiana, basada en el matrimonio, constituye una célula básica de la sociedad, a la que el Estado y la Iglesia han de prestar una atención prioritaria, poniéndose a su servicio, sin preterirla ni suplantarla”, concluye el mensaje.