MELBOURNE, viernes 8 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- Monseñor Denis Hart, arzobispo de Melbourne, hizo pública ayer una declaración en la que alerta a sus fieles contra una nueva campaña que pretende la legalización de la eutanasia por parte de la Asamblea federal en Australia.
El arzobispo de Melbourne manifiesta la total oposición de los católicos a este proyecto, recordando que la eutanasia “es contraria a la atención médica” y “representa el abandono de las personas mayores a la muerte”.
“Los defensores de la eutanasia y el suicidio asistido están montando una nueva campaña para un cambio de largo alcance en las leyes sobre eutanasia y suicidio asistido de Victoria”, advierte monseñor Hart, en una estrategia que recuerda a casos anteriores, como la ley del aborto.
“Con estas leyes había poco tiempo u oportunidad para la consulta pública, el debate o la reflexión y las leyes se introdujeron al Parlamento por el Gobierno sobre la base de que no permitiría modificaciones”, explica.
El prelado recuerda que ya en 1996 se permitió un “breve experimento” en el Territorio del Norte, tras el cual todas las proposiciones de ley presentadas en Australia fueron rechazadas.
“Cuando los parlamentarios se toman el tiempo para debatir el tema completamente y considerar todas las consecuencias, se dan cuenta de que la despenalización de la eutanasia y el suicidio asistido pondría en peligro las vidas de otras personas vulnerables”, alega monseñor Hart.
El impacto de una ley semejante sería enorme “personas que serán particularmente vulnerables si sienten que son una carga para los demás”.
“La experiencia de los Países Bajos confirma hasta qué punto esa mentalidad se puede propagar con la presión para aumentar el alcance de la ley, para que no sólo incluya a aquellos con enfermedad terminal y sufrimiento insoportable, sino también a las personas que sufren de depresión, aquellos que no tomar sus propias decisiones, e incluso niños”.
En este sentido, el prelado hace un llamamiento a los políticos, a los profesionales sanitarios y sobre todo a los fieles católicos, para que no abandonen a los enfermos y ancianos a la eutanasia, sino que los cuiden “con amor y atención”.
“Cada generación tiene mucho que enseñar a la generación que le sigue. Por lo tanto, debería ver el cuidado de los ancianos como pago de una deuda de gratitud, como parte de una cultura de amor y cuidado”.
Además, concluye monseñor Hart, “es una experiencia inspiradora y edificante observar el amor y el cuidado de aquellos que trabajan con y en apoyo a los enfermos y los moribundos en sus últimos días de vida”.
El documento en inglés puede encontrarse en: http://scecclesia.wordpress.com/2010/10/07/archbishop-of-melbourne-issues-%E2%80%9Cstatement-on%C2%A0euthanasia%E2%80%9D/