Cristianos de otras confesiones ven en el Sínodo un destello de unidad

“Delegados fraternos” toman la palabra

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 15 octubre 2010 (ZENIT.org).- Representantes de diferentes Iglesias cristianas no católicas que participan en el Sínodo de los Obispos de Oriente Medio como «delegados fraternos» han tomado la palabra este viernes para reconocer que esta asamblea es un signo de unidad ecuménica.

El obispo Shahan Srkissian, primado de los armenios en Siria, del Catholicosado armenio de Cilicia, afirmó que esta asamblea episcopal es considerada por la máxima autoridad de esa Iglesia, Su Santidad Aram I, «como el Sínodo de todas las Iglesias de Oriente Medio, pues vivimos en las mismas condiciones, compartimos los mismos problemas, y nos encontramos ante los mismos desafíos».

«Por tanto, tenemos que concentrarnos conjuntamente en la presencia y el testimonio cristianos en Oriente Medio y en consagrarnos juntos a reorganizar y renovar nuestro compromiso y nuestra misión».

El representante armenio consideró como prioridad «manifestar más concreta y claramente la unidad de la Iglesias, que constituye hoy más que nunca un imperativo para Oriente Medio. En el respeto de las diferencias eclesiológicas, las Iglesias deben estar siempre juntas, deben hacer juntas su planificación y deben actuar juntas».

El metropolitano de Aleppo (Siria), Mar Gregoios Yohanna Ibrahim, del Patriarcado Sirio Ortodoxo de Antioquía y de todo Oriente, también centró su intervención en el ecumenismo y presentó una nueva sugerencia al Papa: separar «la comunión de la autoridad».

De este modo, toda la Iglesia entra en una comunión única y la unidad en la fe vuelve a convertirse en lo que era antes de la época de las divisiones, dijo el metropolitano ortodoxo.

Pidió un compromiso por parte del Sínodo para encontrar unificar la fecha de la fiesta de Pascua que los católicos viven según un calendario diferente a los de los cristianos orientales.

«Los cristianos esperan con impaciencia ver su propia unidad representada por este símbolo». Y preguntó: «¿tomará este Sínodo venerable la decisión de unificar la fiesta de Pascua?».

«Este puede ser el primer paso hacia la tan anhelada unidad cristiana», añadió.

Constatando los numerosos mártires cristianos de las diferentes confesiones cristianas en Oriente que derramaron su sangre en los siglos XIX y XX, sugirió que el Papa «adopte la idea de una fiesta única para los mártires cristianos a nivel universal y para ello sólo necesita el consenso de todas las Iglesias cristianas para que se establezca un día para la celebración de la Fiesta de los Mártires por doquier».

«Daríamos de este modo un nuevo paso hacia la unidad cristiana y, al mismo tiempo, perpetuaremos la memoria de nuestros santos mártires cada año», concluyó

Nuevos caminos de diálogo ecuménico

El obispo Armash Nalbandian de Damasco, primado de Siria del Patriarcado Supremo y Catholicosado de todos los Armenios, confesó: «tenemos la profunda esperanza de que esta asamblea especial del Sínodo de los Obispos de Oriente Medio nos ofrezca nuevas oportunidad para encontrar nuevos caminos de diálogo ecuménico, cooperación y testimonio del mensaje del Evangelio».

«Esperamos de esta asamblea especial de los Obispos de Oriente Medio una reorganización de las Iglesias católicas y una renovación del testimonio de fe. Pero la misión, así como la existencia de las Iglesias católicas puede ser o debe ser entendida sólo en comunión ecuménica y unidad con las demás Iglesias de la región», indicó.

El primero en tomar la palabra fue el metropolitano ortodoxo Makarios Tillyridis de Kenia, para subrayar la urgencia del amor «por la unidad y de trabajar juntas todas las Iglesias cristianas en Oriente Medio».

Primado del Papa

El metropolitano greco-ortodoxo Georges Khodre di Byblos, de Botrys y Monte Líbano, pidió a la Iglesia católica aclarar la relación entre la Eucaristía y la comunión con el Papa.

«La mención del obispo de Roma en la liturgia, fuera de su propia diócesis, introduce la idea de una Iglesia universal», afirmó. «Este término introduce una noción numérica, espacial, sociológica, mientras que la Iglesia católica se constituye ella misma localmente ante todo por el Señor como su Cuerpo».

Por eso consideró que «con la mención del Papa de Roma en las liturgias orientales se está invitando a las Iglesias a una práctica que Oriente nunca conoció».

El obispo anglicano Michael Langrish de Exeter (Reino Unido) transmitió al Sínodo el saludo del arzobispo de Canterbury, Su Gracia Rowan Williams, y recordó que los problemas de los cristianos en Oriente Medio fueron afrontados por el primado anglicano y el Papa en la visita de Benedicto XVI al Reino Unido.

Un solo cuerpo

«Mediante el estudio, la oración, la peregrinación y la orientación de las Iglesias Orientales Católicas de forma plena hacia nuestro diálogo ecuménico, así como de nuestros hermanos y hermanas ortodoxos, intentaremos crecer con la gracia de Dios en nuestra capacidad para vincularnos, como un solo cuerpo, al único Señor por el cual somos llamados y santificados», indicó.

En la asamblea se leyó un mensaje del reverendo Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de las Iglesias, quien se dirigió a todas las confesiones cristianas para asegurar: «Ha llegado el momento de emprender acciones juntos. Para nosotros, cristianos, estas acciones se basan en tres imperativos fundamentales: un imperativo ético y teológico para una paz justa; un imperativo ecuménico para la unidad en la acción; y el imperativo Evangélico para una valiosa solidaridad y amor por todos nuestros cercanos».

El metropolitano Mar Gewargis Sliwa, di Bagdad e Irak, del patriarcado de la Iglesia asiria de Oriente, se convirtió en portavoz de los inauditos sufrimientos de los cristianos de su país, y pidió una acción concertada de los cristianos «para instar a las organizaciones internacionales humanitarias y políticas a salvar al pueblo iraquí de esta destrucción y crear las condiciones pacíficas que permitirán la existencia de los cristianos en este país».

Por Jesús Colina

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ZENIT Staff

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