El ataque a la catedral iraquí es una pesadilla, afirma monseñor Chullikatt

El delegado de la Santa Sede en la ONU preside una vigilia de oración por las víctimas

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NUEVA YORK, martes 16 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El ataque a la catedral siro-católica de Bagdad fue la “peor pesadilla posible” y “aún no ha acabado”.

Lo afirmó el observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, el arzobispo Francis Chullikatt, la noche del jueves 11 de noviembre en la iglesia de la Sagrada Familia de Nueva York, a una calle de la sede de las Naciones Unidas, durante una vigilia de oración por las víctimas del ataque del 31 de octubre.

La Misión de la Santa Sede, en colaboración con la diócesis siro-católica de Nuestra Señora de la Liberación y la archidiócesis de Nueva York, organizaron este encuentro por las 58 víctimas mortales del ataque y los más de 100 heridos.

También asistió el obispo siro-católico para los Estados Unidos y Canadá, monseñor Yousif Habash.

El arzobispo Chullikatt fue nuncio apostólico en Irak y Jordania durnate los últimos cuatro años, hasta que llegó a Nueva York, hace dos meses, para desempeñar su nuevo cargo en la ONU.

Su antigua residencia de Bagdad se encuentra a una corta distancia de la catedral y él conocía a los sacerdotes que fueron asesinados -el padre Thaer Abdal y el padre Wassim Al-Qas Boutrus-, así como a otras víctimas del atentado.

En su discurso de apertura, lamentó que algunas de las familias que perdieron a seres queridos ese día han sufrido nuevos ataques en sus hogares. Para el prelado, “la situación es intolerable”.

“A todos nos entristece oír hablar de lugares de culto que son atacados -afirmó-. Estos actos atroces nos indignan especialmente cuando se perpetran para erradicar una religión de un lugar concreto de la creación de Dios, cuando nuestros hermanos y hermanas son asesinados precisamente por su fe. Ésta nunca será la manera de difundir la fe en Dios”.

Y concluyó con una apasionada petición por la paz y la reconciliación: “Amad a vuestros enemigos. Orad por los que os persiguen”.

El arzobispo destacó que no sólo necesitan oraciones los fallecidos y sus familias, sino también los que estamos reunidos necesitamos rezar “para que en nuestros corazones no crezca la amargura y para poder aportar nuestro grano de arena en la construcción de un mundo que valora y promueve la reconciliación, la armonía, el amor y la paz entre los pueblos, naciones y religiones”.

En el programa de esta vigilia de oración, se publicaron los nombres de todos los mártires de esta manera:

Padre Thaer Abdal
Padre Wassim Al-Qas Boutrus

George Ayoub Toubaias
Nabil Elias
Sahem Adnana

Thaer Kamel con su esposa Nada y su hijo Omar
Nada Hamis Stefan
Omar Ousi

Aziz Almyzi
Younan Georgis Alsaour con su hijo, su nuera y su nieta

John Younan
Rita Matti Georgis Zora
Sandro John Younan

Maha Naseef Bino y sus dos hijos Wisam y Salam
Salam Adeeb
Wisam Adeeb

Fayez Waedallah Qzazi
Audai Zhair Marzeina Arab
Adam Audai Zhair Arab

Behnam Mansour Paulus Mamika
Ayoub Adnan Ayoub Berjo
Sabah Matti Hamai

Saed Edward Alsaati
Fares Najeeb Philip Anawi
Vivine Naser Maro

Nazir Abdulahad Anai
Fadi Behouda
Mazen Fadil Salim Elias Mahrouk

Abdalla Haddad
Wamek Haddad
RaghdaWafi Bishara

Nizar Jamil Matloub
Noel Nizar Jamil Matloub
Bassam Jamil Al-Khouri

Adnan Jamil Al-Khouri
Bahnam Mikhaeil
Salah Georgis AbdelAhad Qaqo

Christine Nabil Toubaia Katnawi
Raed Saadallah Abdal
Fadi Samir Habib Amso

Athil Nageeb Aboudi
Nizar Hazem Al Sayegh
Souheila Johnny

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ZENIT Staff

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