México: “Una gran fiesta misionera”

Celebrado el XIV Congreso Nacional Misionero

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LÁZARO CÁRDENAS, miércoles 17 noviembre 2010 (ZENIT.org).- La diócesis de Ciudad Lázaro Cárdenas, Michoacán, México, celebró el XIV Congreso Nacional Misionero (CONAMI), del 21 al 24 de octubre. A esta edición de un evento, que se celebra cada cinco años, asistieron más de tres mil personas, provenientes de todos los rincones de la República Mexicana. La fiesta coincidió con los 25 años de la diócesis.

Los escasos recursos materiales de esta comunidad –informa a ZENIT la Diócesis–, se suplen por el entusiasmo de su obispo, monseñor Fabio Martínez Cástillo, sacerdotes, religiosos y laicos, “bien formados desde los comienzos de la diócesis”.

A la inauguración asistieron autoridades civiles locales que saludaron y dieron la bienvenida a los congresistas. Estuvieron presentes siete obispos y el nuncio vaticano.

Monseñor Rafael Sandoval saludó a los congresistas y les explicó la salvación a través de una analogía: una cadena en la todos deben estar unidos los unos con los otros para poder sostener la cruz, que es la Salvación.

La misa, presidida por el nuncio apostólico en México, monseñor Christophe Pierre, contó con la concelebración de otros siete obispos, unos sesenta presbíteros, y el pueblo de Dios congregado en este encuentro. 

En la homilía, monseñor Pierre recordó que “los hombres tienen hambre y sed del verdadero amor y por eso, nos piden a nosotros los creyentes que no sólo hablemos de Jesús, sino que también hagamos ver a Jesús; esperan que les ofrezcamos signos de esperanza y que nos convirtamos en hermanos universales. El mundo espera aún sin saberlo ser evangelizado, y la tarea de evangelización de todos los hombres constituye la misión de la Iglesia”.

En el Congreso –celebrado en las instalaciones de la Unidad Deportiva- intervino el director de las Obras Misionales Pontificias Episcopales (OMPE) de México, el sacerdote Guillermo Morales.

La primera conferencia, titulada “Construyendo la civilización del amor con una espiritualidad misionera”, estuvo a cargo del obispo Sandoval. En ella, subrayó que, para ser misionero, es necesario encontrarse con Cristo y relacionarse con Él de una manera paulatina, atravesando cinco etapas necesarias: el encuentro con el Amor, la comunicación con Él, su conocimiento,  optar por Él y comprometerse todos los días con Él.

La hermana Socorro Becerra habló sobre “La Palabra, fuente de vida y alma de la acción evangelizadora”. Aseguró que “el encuentro con la Palabra es el encuentro con una Persona, con Jesucristo, al cual hay que ser fiel para ser verdadero discípulo suyo”.

En rueda de prensa, los obispos Martínez y Sandoval –responsable de la Dimensión de Misiones de la Comisión Episcopal para la Pastoral Profética y obispo de Tarahumara–, y los presbíteros Guillermo Alberto Morales, director nacional de las OMPE, y David Guerrero, secretario ejecutivo del XIV CONAMI, explicaron el contenido de este congreso.

Monseñor Martínez se mostró muy agradecido y subrayó que “es una gran fiesta misionera que traerá muchos frutos espirituales a la diócesis de Ciudad Lázaro Cárdenas.

El presbítero Guillermo Alberto Morales recordó que la labor misionera debe ser constante y estos congresos ayudan a que esta conciencia se reavive en cada uno de los bautizados y el presbítero David Guerrero habló sobre los esfuerzos en la realización de este Congreso: sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, quienes a pesar de las aparentes dificultades realizaron un excelente trabajo con mucha alegría y responsabilidad.

El resultado de esta edición del CONAMI resultó aleccionador para los católicos del país y en especial para la diócesis, subrayó el obispo anfitrión.

La clausura estuvo a cargo del arzobispo de Morelia monseñor Alberto Suárez Inda, quien celebró una misa especial en la Unidad Deportiva, repleta de fieles.

El obispo anfitrió dijo que la participación de los misioneros, venidos de todo el país,  superó las expectativas y “estos resultados nos refuerzan los ánimos y nos comprometen a trabajar más de cerca de las familias porque nos indica que las familias están necesitadas de renovar su fe en la iglesia y la iglesia está necesitada de todos los hijos de Dios”.

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ZENIT Staff

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