CIUDAD DEL VATICANO, domingo 21 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Las palabras de Benedicto XVI en el libro-entrevista de próxima publicación reconocen el uso del preservativo en «casos singulares justificados», pero no suponen «un cambio revolucionario» en la enseñanza de la Iglesia, sino más bien una confirmación de su Magisterio, ha aclarado la Santa Sede.
Así lo explica el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, en un comunicado emitido este domingo para comentar la gran cantidad de informaciones que se han distribuido en todo el mundo después de que este sábado «L’Osservatore Romano» anticipara palabras que el Papa dedica a la sexualidad en el libro-entrevista «Luz del mundo».
Al final del capítulo décimo del volumen, realizado por el escritor y periodista alemán Peter Seewald, que sale a la venta el 23 de noviembre en varios idiomas, el pontífice responde a dos preguntas sobre la lucha contra el sida y el uso del preservativo, que se remontan a la discusión que siguió a las palabras pronunciadas por el Papa en el avión que le llevaba a Camerún y Angola el 17 de marzo de 2009.
Con las declaraciones que publica el libro, aclara el portavoz vaticano, «el Papa no reforma o cambia la enseñanza de la Iglesia, sino que la reafirma, poniéndose en la perspectiva del valor y de la dignidad de la sexualidad humana, como expresión de amor y responsabilidad».
«Al mismo tiempo –añade–, el Papa considera una situación excepcional en la que el ejercicio de la sexualidad representa un verdadero riesgo par la vida del otro. En ese caso, el Papa no justifica moralmente el ejercicio desordenado de la sexualidad, pero considera que la utilización del preservativo para disminuir el peligro de contagio es ‘un primer acto de responsabilidad’, ‘un primer paso en el camino hacia una sexualidad más humana’, en lugar de no utilizarlo, poniendo en riesgo la vida de la otra persona».
«En este sentido –subraya–, el razonamiento del Papa no puede ser definido como un cambio revolucionario».
De hecho, recuerda el portavoz, «numerosos teólogos moralistas y autorizadas personalidades eclesiásticas han afirmado y afirman posiciones análogas».
El padre Lombardi no cita nombres, pero entre ellos destacan el cardenal Georges Cottier, quien fue teólogo de la Casa Pontificia de Juan Pablo II y del mismo Benedicto XVI, quien en una entrevista concedida a la agencia Apcom, el 31 de enero de 2005, afirmó que «en situaciones particulares, y pienso en medios donde circula la droga, o hay una gran promiscuidad humana y mucha miseria, como ocurre en algunas zonas de África y Asia, en esos casos, el uso del condón puede ser considerado como legítimo».
Sobre este argumento, el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente emérito del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud, anunció en una rueda de prensa, el 21 de noviembre de 2006, la entrega de un estudio a la Congregación para la Doctrina de la Fe, en respuesta al interés del Papa.
«Humanae Vitae» hoy
Las anticipaciones de «L’Osservatore Romano» presentan también una apreciación del Papa sobre «Humanae Vitae», la encíclica que publicó Pablo VI sobre estos argumentos el 25 de julio de 1968.
«Las perspectivas de la ‘Humanae Vitae‘ siguen siendo válidas, pero otra cosa es encontrar caminos humanamente practicables –asegura el Papa–. Creo que habrá siempre minorías íntimamente convencidas de la exactitud de esas perspectivas y que, viviéndolas, quedarán plenamente satisfechas de modo que podrán ser para otros un fascinante modelo a seguir. Somos pecadores».
«Pero no deberíamos asumir este hecho como una instancia contra la verdad, cuando esa alta moral no es vivida. Deberíamos buscar hacer todo el bien posible, y apoyarnos y soportarnos mutuamente. Expresar todo esto también desde el punto de vista pastoral, teológico y conceptual, en el contexto de la actual sexología e investigación antropológica, es una gran tarea a la cual es necesario dedicarse más y mejor», añade el Papa en el libro.
La primera vez
Una vez aclarado que el Papa ha confirmado el Magisterio hasta ahora expuesto, al hacer referencia a las palabras sobre el uso del preservativo en «casos singulares justificados», el comunicado del Padre Lombardi señala que «es verdad que no las habíamos escuchado aún con tanta claridad de los labios de un Papa, si bien de una manera coloquial y no magisterial».
Con estas nuevas declaraciones, considera el sacerdote jesuita, «Benedicto XVI nos da, por tanto, con valentía, una contribución importante para aclarar y profundizar una cuestión debatida desde hace tiempo».
«Es una contribución original –indica–, pues por una parte mantiene la fidelidad a los principios morales y demuestra lucidez a la hora de rechazar un camino ilusorio, como la ‘confianza en el preservativo’; y por otra parte, manifiesta sin embargo una visión comprensiva y de amplias miras, atenta para descubrir los pequeños pasos –aunque sean sólo iniciales y todavía confusos– de una humanidad espiritual y culturalmente con frecuencia muy pobre hacia un ejercicio más humano y responsable de la sexualidad».
En referencia en concreto a las palabras que el Papa pronunció en su viaje a África, su portavoz aclara que con esta nueva intervención el sucesor de Pedro «confirma con claridad que en esa ocasión no había querido tomar posición sobre el problema de los preservativos en general, sino que había querido afirmar con fuerza que el problema del sida no se puede resolver únicamente con la distribución de preservativos, pues es necesario hacer mucho más: prevenir, educar, ayudar, aconsejar, estar junto a las personas, ya sea para que no se enfermen, ya sea porque se han enfermado.».
El obispo de Roma «observa que también en el ámbito no eclesial se ha desarrollado una conciencia análoga, como lo demuestra la llamada teoría ‘ABC’ (abstinence, be faithful, condom), en la que los dos primeros elementos (abstinencia y fidelidad) son mucho más determinantes y fundamentales para la lucha contra el sida, mientras que el preservativo se presenta en última instancia como una escapatoria, cuando faltan los otros dos elementos. Por tanto, debe quedar claro que el preservativo no es la solución del problema».
Según Lombardi, con esta nueva entrevista, el Papa «amplía la mirada e insiste en el hecho de que concentrarse únicamente en el preservativo significa banalizar la sexualidad, que pierde su significado como expresión de amor entre personas y se convierte en una ‘droga’. Luchar contra la banalización de la sexualidad es «parte del gran esfuerzo para que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda ejercer su efecto positivo en el ser humano en su totalidad».
Por Jesús Colina