FÁTIMA, martes 8 de febrero de 2011 (ZENIT.org) – Hombres en bicicleta de todas partes de Portugal pedalearon rumbo a Fátima el pasado domingo para participar en la novena edición de la Peregrinación Nacional de los Ciclistas.
Según informa el departamento de prensa de este Santuario mariano, un gesto inédito marcó este año la peregrinación. Sucedió cuando el obispo emérito de Leiria-Fátima recibió una bicicleta, ofrecida, en nombre de los ciclistas, por la Federación Portuguesa de Cicloturismo (FPC).
Este gesto simbolizó el agradecimiento a monseñor Serafim Ferreira e Silva por su apoyo sin reservas a esta iniciativa desde su primera edición.
A los periodistas, el obispo afirmó que “no merecía” este “regalo especial”, y recordó que cuando era más joven, éste era su medio de transporte.
Según la organización, más de cuatro mil ciclistas participaron en el momento de la bendición, realizado después de la visita a la casa de los pastorcillos y a los lugares de las apariciones del Ángel y de Nuestra Señora en Aljustrel.
En el momento de la bendición, la calle lateral de la Iglesia de la Santísima Trinidad acogió a este gran grupo de peregrinos. A una sola voz, todos rezaron la oración ofrecida por el Santuario de Fátima a los participantes.
“Te pedimos Señor por todos los que usan bicicletas, para que recorran su camino con precaución y seguridad, que con su prudencia hagan seguro el camino de los demás y que en los viajes de descanso, como en los de trabajo, sientan siempre la compañía de Jesucristo”, decía el texto.
Terminada la bendición, se celebró la Eucaristía, en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, presidida por monseñor Ferreira e Silva.