CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 6 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- Las reivindicaciones que proceden de países como Túnez, Egipto y otras naciones de Oriente Medio encierran una esperanza de "libertad y dignidad", considera el portavoz de la Santa Sede.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, analiza los "procesos de cambio político aun difíciles de definir y evaluar, pero ciertamente tan significativos como para hablar de una 'revolución'" en el último editorial de "Octava Dies".

En esta emisión, producida por el Centro Televisivo Vaticano, el padre Lombardi comienza esperando que "a los pueblos involucrados se les ahorre la violencia y la sangre y que no se prolonguen los tiempos de inestabilidad, en los cuales el riesgo de contraposiciones y desencuentro es mayor".

"Naturalmente las dificultades económicas, las condiciones de pobreza que prueban grandes extractos de las poblaciones, agudizada por la crisis económica global, han tenido un peso muy grande al origen de las protestas", sigue observando el padre Lombardi.

Ahora bien, citando las conclusiones del encuentro que han mantenido en Árgel, en días pasados, los obispos de África del Norte, hay que reconocer también "una esperanza de mayor 'libertad y dignidad' que concierne 'en particular las generaciones mas jóvenes de la región, que se traduce en la voluntad que todos sean reconocidos como ciudadanos, y ciudadanos responsables'".

"Las poblaciones de la zona tienen un altísimo porcentaje de jóvenes, que no ven ante sí perspectivas abiertas de futuro -sigue diciendo el padre Lombardi--. En este contexto vuelven a la mente las instancias avanzadas por el Sínodo para Oriente Medio hace pocos meses, cuando auspiciaba para los cristianos los plenos derechos de ciudadanía en sus respectivos países".

"Ahora son pueblos enteros que, para realizar mejor su dignidad, piden ejercer con más responsabilidad los derechos de ciudadanía que esperan a toda persona humana, de toda religión", considera el portavoz vaticano.

"Los cristianos son una pequeñísima minoría, pero son solidarios con todos en estas expectativas y en estas esperanzas", añade.

"Si estas naciones de mayoría musulmana logran resultados en la tarea crucial de crecer en el dialogo, en el respeto de los derechos de todos, en la participación, en la libertad, la paz del mundo será mas segura", subraya, deseando esta conclusión para esos pueblos y para "toda la familia de los pueblos".