BOGOTÁ, domingo, 13 de febrero de 2011 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Rubén Salazar Gómez, aseguró que la Iglesia católica no ha sido relegada en el campo de la paz y de la liberación de personas secuestradas por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Precisó que se participaría como facilitadores "en el momento en que empiece realmente un proceso de paz" con los insurgentes, según informa la página web de la Conferencia Episcopal Colombiana.
En el marco de la Asamblea 90 del Episcopado, que tiene lugar en Bogotá del 7 al 11 de febrero, monseñor Salazar Gómez afirmó que el proceso actual de liberación de cinco personas (tres miembros de las Fuerzas Armadas y dos concejales) en poder de las FARC, fue organizado por ese grupo subversivo "como una reivindicación de Piedad Córdoba", antigua senadora.
"Por lo tanto la protagonista era ella. El Gobierno muy gentilmente accedió a que Piedad Córdoba mantuviera ese protagonismo. Esas liberaciones no entran en un proceso de paz con las FARC, son simplemente gestos de la guerrilla, que quiere presentar en este caso concreto como una reivindicación política de Piedad Córdoba", explicó el presidente del episcopado.
"En el momento en que empiece realmente un proceso de paz con la guerrilla indudablemente que nosotros estaremos presentes, no como mediadores sino como facilitadores, como lo he dicho muchas veces. De eso el presidente Juan Manuel Santos está perfectamente convencido", dijo.
El prelado afirmó que "estamos siempre dispuestos a aportar nuestras luces desde la Doctrina Social de la Iglesia, para que Colombia pueda encaminarse por los caminos de la paz y el progreso".
Expresó su confianza en que el presidente Santos ve la paz "no solo como sentarse en una mesa de negociaciones con la guerrilla sino crear en el país todas las condiciones necesarias para la solución del conflicto".
"No es solamente el conflicto armado, es todo el conflicto social: el problema de la pobreza, de la redistribución del ingreso, de las tierras, etc. La problemática del país es muy compleja, muy variada y amplia y por lo tanto (el Jefe de Estado) tiene muy claro que esa problemática tiene que ser atendida en toda su complejidad para poder crear las condiciones de la paz", agregó.
Encuentro con el ministro de Defensa y representantes de las Fuerzas Armadas
Por otra parte, la necesidad de trabajar con las familias y de fortalecer los valores y principios para enfrentar la vinculación de jóvenes a los grupos armados ilegales, fue uno de los aspectos tratados por los miembros del episcopado colombiano, en su reunión con el ministro de Defensa, el comandante de las Fuerzas Militares y el director de la Policía Nacional.
En su encuentro del 11 de febrero, el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera reiteró que cree en "las segundas oportunidades" para las personas, expresando su apoyo a los programas de desmovilización y reinserción de los integrantes de grupos armados al margen de la ley.
Rivera afirmó que se percibe una "crisis de valores" y dijo que es "indispensable que haya barreras éticas y morales" como las que puede contribuir a construir la Iglesia Católica.
A su vez el comandante de las Fuerzas Armadas, almirante Edgar Cely, planteó al episcopado la necesidad de intensificar el trabajo "para ayudar a los principios y valores" de los jóvenes de ambos sexos, de manera que no sean reclutados fácilmente por los grupos ilegales.
El almirante Cely reiteró la necesidad de colaborar con los procesos de desmovilización y reinserción social de los miembros de los grupos armados ilegales, para evitar que la falta de apoyo y posibles fallos lleven a la creación de otras organizaciones delictivas.
Aseguró igualmente que para mejorar las condiciones de seguridad se precisa la participación de todas las personas y no sólo de los miembros de las Fuerzas Armadas.
Por su parte el director de la Policía Nacional, general Oscar Naranjo, llamó la atención sobre la relación entre el narcotráfico y los grupos de delincuencia común y organizada, en especial los conocidos como Bandas Criminales (Bacrim).
Expresó su preocupación porque este hecho contribuya a una mayor degradación del conflicto social y armado que enfrenta Colombia.
Los miembros del episcopado escucharon los planteamientos y agradecieron la colaboración recibida por parte de la Policía Nacional, a los programas de la Iglesia destinados a llevar ayuda humanitaria a las personas afectadas por el invierno en diversas regiones de Colombia