LONDRES, miércoles 18 enero 2012 (ZENIT.org).- El primer año del ordinariato establecido por primera vez para las comunidades anglicanas que buscaban la plena comunión con Roma se caracterizó por sobre todo por ser «gozoso y agradecido», según dijo el líder del grupo. También hay malos entendidos a ser abordados, reconoció.
El pasado domingo marcó el primer aniversario de la creación del Ordinariato personal de Nuestra Señora de Walsingham. Como se sabe, el 15 de enero de 2011 la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó un decreto que estableció formalmente un Ordinariato Personal en Inglaterra y Gales para los grupos de anglicanos y su clero que desearan entrar en plena comunión con la Iglesia católica.
Según el sitio web del ordinariato, alrededor de 500 católicos y anglicanos se reunieron para conmemorar el aniversario con solemnes vísperas y una procesión del Santísimo Sacramento, seguida por la bendición en la iglesia de Santiago de Londres.
La liturgia fue ofrecida en acción de gracias por la decisión del papa de permitir a los anglicanos que deseen entrar en la Iglesia Católica, conservar el uso de sus oraciones tradicionales y liturgia.
Durante el sermón, el ordinario, monseñor Keith Newton, dijo: «Esta noche tenemos mucho por lo cual estar alegres y agradecidos. Por los dones y las riquezas espirituales del anglicanismo, que nutre nuestra fe. Por la calidez de la bienvenida y el apoyo que hemos recibido de muchos católicos; por la visión, el amor y la fe de nuestro santo padre, el papa Benedicto XVI».
Monseñor Newton también dirigió una carta pastoral con motivo del aniversario. «Un año no es mucho tiempo en la vida de cualquier institución, en particular en la Iglesia católica, pero como es un momento tan histórico no debemos dejarlo pasar sin una reflexión», dijo.
«Doy gracias a Dios por su valor y fe, a veces con costo personal», comentó el prelado, al reflexionar sobre la transición en el último año. También agradeció a las congregaciones católicas y a las personas que habían dado su apoyo durante el primer año de existencia del ordinariato.
«Hubo por supuesto, decepciones y contratiempos en el camino, pero estos han sido superados por la calidez de la bienvenida y la conciencia de estar en comunión con la sede de Pedro y de innumerables personas alrededor del mundo», continuó.
Profético
Monseñor Newton reconoció que hubo algunos malentendidos, en parte porque muchos católicos no tuvieron contacto de primera mano con el ordinariato, o con sus miembros. «Depende de todos nosotros ayudar a la gente a entender, y a hacer realidad, la visión que el papa Benedicto XVI ha puesto ante nosotros: que el ordinariato debe ser «un gesto profético», para contribuir al objetivo más amplio de la unidad visible entre la Iglesia católica y la Comunión anglicana», exhortó.
El ordinario también anunció que más gente se uniría al ordinariato en el próximo año. Dijo que varios grupos entrarán en esta semana santa y que también habrá ordenaciones sacerdotales durante el tiempo de Pentecostés.
«Somos parte de un momento histórico en la Iglesia –concluyó monseñor Newton–. Cada uno de nosotros tiene un papel importante que desempeñar, a fin de alcanzar las posibilidades y oportunidades que este año nos ha puesto por delante, recordando que nada se logrará sin la oración y la santidad de vida».
Traducido del inglés por José Antonio Varela