ROMA, martes 31 enero 2012 (ZENIT.org) .- Se ha celebrado en la Universidad Pontificia Lateranense (PUL) de Roma (del 26 al 28 de enero), el Sexto Foro Internacional de la Pontificia Academia Teológica (PATH), con el tema «La reflexión en cristología de la Optatam Totius a la perenne dialéctica entre fe y razón”.
El trabajo se ha estructurado en cuatro sesiones, presididas respectivamente por los cardenales Zenon Grocholewski, Gianfranco Ravasi, Angelo Amato y Marc Ouellet. El Foro estuvo especialmente deidcado a profundizar sobre la investigación y la enseñanza de la teología en el ámbito cristológico, centrándolo «en la misión de los cooperatores veritatis, que son los teólogos, destinados a ser partícipes de la luz de la mente de Dios a través de «un contacto más vivo con el misterio de Cristo».
Durante su discurso, el rector de la PUL, monseñor Enrico Dal Covolo, manifestó que la cuestión central sigue siendo aquella de «hacer teología hoy», en el contexto de una nueva dialéctica renovada entre fe y razón. «En particular –dijo el rector–, la cuestión es la ‘renovación’ no sólo de la cristología, sino de la teología como un todo».
Ya en varias ocasiones –afirmó Dal Covolo–, tuve la oportunidad de exponer algunos de los capítulos fundamentales de esta urgente ‘renovación teológica’, propuesta por el Papa: por ejemplo, la ampliación de la razón a las dimensiones de la fe y del amor; el realismo de la fe, la urgencia de una nueva síntesis del pensamiento frente a las devastadoras divisiones entre religión y razón; entre teología y otras ciencias; entre la teología racional y la dimensión contemplativa, entre la exégesis llamada académica y la lectio divina.»
«Sólo una similar renovación –dijo el rector–, hará siempre más propositivo y fecundo el desafío de la teología en relación con las otras ciencias».
Roberto Spataro SDB, de la Universidad Pontificia Salesiana, destacó el rol de las ciencias patrísticas y de la historia eclesiástica, explicando que para una teología de la historia se debe poner el evento de Cristo en el centro.
En este sentido, propuso la alianza entre exégesis bíblica y teología patrística, recordando el cristocentrismo de los padres de la Iglesia. Según el padre Spataro, es necesario restaurar la alianza entre literatura cristiana antigua y teología patrística, y entre el método histórico y el método teológico para analizar una realidad única y compleja, resultado del elemento humano y del elemento divino.
Paul O’Callaghan, profesor ordinario de antropología teológica en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, comentó que desde el viejo continente, del cual partió una parte sustancial del esfuerzo evangelizador de la Iglesia en el último milenio, se siente insistentemente cada día “la llamada de la esperanza, o mejor dicho, la llamada de la falta de esperanza”.
Y añadió: «El fundamento de la esperanza cristiana, es el acontecimiento de la revelación salvífica de la Encarnación del Verbo-Hijo, esto es, la cristología».
Félix María Arocena de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, reiteró que el misterio cristiano no se basa solamente en una doctrina, sino sobre todo en una persona, el Crucificado glorioso.
«Él es la razón incondicionada de todo lo que Dios ha llamado, llama y llamará a la existencia, es el fundamento del ser y el motor histórico de cualquier cosa, que precede todo, y a partir del cual todo tiene su inicio.
«El Señor crucificado y resucitado es aquel que la teología trata de comprender. Siempre ha sido el centro. Nace y se ha desarrollado desde su acontecimiento, porque sabe que el secreto de la originalidad se encuentra siempre en el retorno al origen: el Cristo pascual».
En este contexto, «el cristianismo es la vida que proviene de la profunda comunión entre el Crucificado-Resucitado y la Iglesia. En la actual economía de la salvación, la liturgia hace que esta comunión sea viva y actual”.
Una opinión que es compartida por monseñor Nicola Ciola, profesor ordinario de Eclesiología en la Universidad Pontificia Lateranense, que hizo hincapié en la necesidad de «desarrollar una interpretación teológica de la experiencia cristiana, y no sólo un estudio expositivo sobre la vida espiritual.»
Se vienen obteniendo buenos resultados de la investigación cristológica postconciliar que estudian la relación entre la experiencia cristiana y su referencia al «objetivo cristiano», que es el misterio de Cristo desde la encarnación al evento pascual.
«En este sentido –concluyó–, no debemos dejar de lado la gran cantidad de literatura sobre el tema de la ‘teología de los santos’, como ciencia divina».
Por Antonio Gaspari
Traducción del italiano por José Antonio Varela