Comenzó el Congreso Eucarístico Internacional en Dublín

La Misa inaugural fue celebrada por el Legado papal, cardenal Marc Ouellet

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Por Ann Schneible, enviada especial

DUBLÍN, 11 de junio 2012 (Zenit.org) -. El 50 Congreso Eucarístico Internacional comenzó oficialmente el domingo en Dublín, Irlanda, con una ceremonia de apertura y la celebración de la Santa Misa del Corpus Christi, con la asistencia de 12.500 peregrinos de todo el mundo, reunidos en el escenario de la Royal Dublin Society.

Uno de los puntos centrales de la ceremonia de apertura antes de la misa, fue la inauguración de la «Piedra sanadora», en la que se ha tallado una oración escrita por un sobreviviente de abuso clerical. El arzobispo Diarmuid Martin, de la archidiócesis de Dublín, bendijo la piedra, y fue una joven mujer, representante de las víctimas de abuso clerical, quien leyó en voz alta la oración: «Señor lo sentimos,/` por lo que algunos de nosotros hizo con tus hijos,/ tratados con tanta crueldad,/ especialmente en su hora de necesidad./ Los hemos dejado con un sufrimiento de por vida,/ este no era Tu plan para ellos ni para nosotros. / Por favor ayúdanos a ayudarlos,/ guíanos, oh Señor./ Amén».

La piedra, que fue presentada originalmente en la ‘Liturgia del Lamento’ celebrada en la pro-Catedral de Dublín en el año 2011, ha sido elegida como un símbolo de este Congreso Eucarístico Internacional.Las ceremonias de apertura precedieron la Santa Misa, la que estuvo presidida por el Legado Pontificio para el Congreso Eucarístico Internacional, cardenal Marc Ouellet, a quien acompañaron el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin; el presidente del Comité pontificio para los Congresos Internacionales, arzobispo Piero Marini; el arzobispo Robert Legall de Toulouse; el cardenal de Toronto, Thomas Collins; el arzobispo Charles Brown, nuncio apostólico en Irlanda, y el cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York.

El arzobispo Martin pronunció unas palabras al inicio de la misa, dirigida a los peregrinos reunidos en el escenario principal. «Hoy la Iglesia se alegra en Irlanda», dijo. Se alegra «no en el triunfalismo o en las festividades externas; se regocija en el don de este Congreso Eucarístico, que se ha preparado con atención a todo lo largo y ancho de Irlanda, a través de una reflexión orante sobre el gran Misterio de nuestra Fe: el sacrificio de la muerte y la vida que nos da la Resurrección de Jesús, presente en la Iglesia allí donde sea celebrada y adorada la Eucaristía.»

«Por encima de todo», continuó el arzobispo, «la Iglesia en Irlanda se regocija en el don de la Eucaristía en sí, en la presencia entre nosotros de Jesucristo, nuestro Salvador, entregado por nosotros, derramado por nosotros, en un sacrificio de amor.»

La homilía de la misa estuvo a cargo de Ouellet, quien tiene la representación oficial del papa Benedicto XVI en el Congreso Eucarístico. «Hemos venido aquí», dijo, «como familia de Dios, llamados por él para escuchar su Palabra santa, para recordar lo que somos a la luz de la historia de la salvación y para responder a Dios por medio de la oración más grande y sublime que jamás se haya conocido en el mundo: la Sagrada Eucaristía.»

El cardenal les recordó a todos los allí reunidos en la celebración de la solemnidad del Corpus Christi, procedentes de todo el mundo, que «nuestro encuentro es un acto de fe en la Sagrada Eucaristía, el tesoro de la Iglesia, que es esencial para su vida y para nuestra comunión como hermanos y hermanas en Cristo. La Iglesia vive de la Eucaristía, ella recibe su identidad desde el don del cuerpo de Cristo. En comunión con su Cuerpo, la Iglesia se convierte en lo que recibe: se convierte en un solo cuerpo con Él en el Espíritu de la nueva y eterna alianza. ¡Qué gran y maravilloso misterio! ¡Un misterio de amor! «

«Hagamos que nuestro testimonio», concluyó Ouellet, «de mutuo amor y servicio a nuestros hermanos y hermanas, sea el anuncio humilde de la buena noticia de la Sagrada Eucaristía.»

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ZENIT Staff

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