ROMA, martes 19 junio 2012 (ZENIT.org).- Se celebra en Eger, Hungría, el Primer Seminario Internacional sobre Proyectos de Inclusión de los Rom en Europa Central y Oriental, organizado conjuntamente por la Comisión para la Pastoral de los Rom de la Conferencia Episcopal húngara y por “Renovabis”, una de las mayores organizaciones católicas de Alemania.
Según informa el Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, este martes, pronunció una conferencia en el Seminario el subsecretario de este dicasterio, el padre Gabriele F. Bentoglio.
El subsecretario presentó la actividad de la Iglesia católica en favor de los Rom, subrayando que “su empeño se traduce tanto en la asistencia estrictamente pastoral, que comprende todo lo que se refiere a la dimensión espiritual, sacramental y litúrgica, como en el esfuerzo común para resolver graves cuestiones sociales, como las de la emergencia de vivienda, de la formación escolar y profesional”.
Bajo este perfil, el subsecretario presentó las competencias del Consejo Pontificio para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes y los organismos eclesiales europeos que están especialmente atentos a los gitanos (como el CCEE y la COMECE), para llegar a las actividades de las diócesis, de las parroquias, de algunos institutos religiosos y movimientos eclesiales.
El ponente habló también del empeño del dicasterio en la colaboración con organismos internacionales.
Presentó luego las orientaciones para la pastoral de los gitanos que se deducen del magisterio de Benedicto XVI, con especial referencia al discurso que el santo padre hizo a los Rom, recibiéndoles en Audiencia el 11 de junio de 2011 en el Vaticano.
Por último el subsecretario propuso algunas perspectivas para la futura actividad pastoral en este ámbito.
En síntesis dijo que “en los últimos decenios, los estados y las organizaciones internacionales, pero sobre todo las instituciones eclesiales, han demostrado atención respecto a los Rom, especialmente mediante la búsqueda de nuevos itinerarios y métodos oportunos para mejorar sus condiciones de vida, favorecer la integración y promover caminos de comunión”.
“Sin olvidar –añadió- que se han organizado también encuentros de reflexión y se han emprendido iniciativas para erradicar algunos fenómenos negativos, como el antigitanismo, que parece difundirse continuamente en Europa y que repercute también en las estructuras sociales, ralentizando el esfuerzo de crear una mentalidad donde la sospecha y el prejuicio puedan ceder el paso a la solidaridad y al mutuo respeto”.
“El camino de la integración –concluyó- implica esencialmente el reconocimiento de la dignidad y de la centralidad de cada ser humano, en condiciones de igualdad respecto a derechos y deberes. Sobre estas bases se fundan los derechos humanos y sus confines, entendidos como expresión de una visión de humanidad que atribuye a la persona absoluta prioridad y los más profundos valores”.