ROMA, domingo 8 julio 2012 (ZENIT.org).- Esta entrevista con monseñor Kay Martin Schmalhausen SCV, obispo de la prelatura de Ayaviri, Peru. fue realizada por Johannes Habsburg para Donde Dios Llora, un programa semanal en cooperación con Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Perú tiene extraordinaria riqueza natural y sin embargo, sufre también de una grave pobreza. ¿Por qué ese contraste?
—Mons. Kay Martin: El Perú es un país de una contrariedad, unos contrastes enormes. Un país muy rico en recursos, en posibilidades, ciertamente con una geografía muy complicada porque tenemos costa, una sierra en medio muy alta y luego una selva extensa…
…¿eso complica por ejemplo cuestiones de la agricultura o de desarrollo de las tierras?…
—Mons. Kay Martin: …con eso ya comenzamos a contestar a la pregunta… si, ciertamente esto lleva en parte a un escenario de desarrollo económico del país. Teniendo en cuenta la variedad de climas, de pisos geográficos y climáticos, y las alturas y bajuras, por decirlo de alguna manera, hace difícil que el país pueda ser productivo de manera rápida, pronta, más bien requiere de mucha inversión y paciencia para explotar los recursos naturales y para que estos luego puedan llegar también a las personas más pobres y necesitadas.
Me imagino que uno de los problemas también persistente es el fenómeno, muy latinoamericano infelizmente, de la corrupción. ¿También en el Perú existe ese fenómeno problemático?
—Mons. Kay Martin: Claro que sí, es un problema que es de larga data y que lo hemos sentido ciertamente con una agudeza más especial, sobre todo en los últimos 15 o 20 años, especialmente sobre todo en el régimen de Fujimori donde la corrupción llegó casi diríamos a una sima y es una situación que nos afecta, como afecta de hecho a todo el continente latinoamericano. El Perú, sus gobiernos necesitan ensayar ciertamente mucho más lo que es la transparencia política, económica, institucional.
La región donde está la prelatura que usted dirige es una región extremadamente pobre, de las más pobres dentro del Perú. ¿Por qué esta casi economía de agricultura de supervivencia?
—Mons. Kay Martin: Hay varias razones para que nosotros vivamos en una situación de extrema pobreza, yo diría que el 60 o 70% de la población vive entre la pobreza y la extrema pobreza, y un 30% en una situación un poquito mejor. Por un lado yo diría que un tema es la altitud y el clima frío, vivimos entre 4.000 y 5.400 metros de altura. Es muy alto, nos falta el aire, es decir, ¿qué crece a 4.000 o 5.000 metros de altura? Prácticamente nada. La agricultura es muy pobre, muy limitada, la ganadería es sobre todo una ganadería de ganado vacuno pobre, ovino para lana, y de alpaca que también es para lana. Los precios de la lana hoy por hoy en el mercado nacional están muy bajos y eso hace que la gente ya sea en la agricultura, ya sea en la ganadería tenga una economía de supervivencia.
¿Y en las otras zonas?
—Mons. Kay Martin: Bueno, en las partes más bajas y en la misma selva, los caminos de acceso son prácticamente imposibles, de manera que aun cuando son lugares más fértiles, la producción es muy difícil extraerla a un costo razonable como para que eso sea productivo, y en honor a la verdad, que es un tema lamentable, quizás el producto más lamentable hoy por hoy, al margen de la minería, que es una inversión que está comenzando, pero al margen de la minería, es la hoja de coca. Con todo lo que esto significa de complejo y de dificultades para la realidad social.
Vamos a hablar un momento sobre este tema de la coca y narcotráfico. En algunos países de Latinoamérica ha hecho daños tremendos. ¿Cómo es esta situación en el Perú?, yo sé que la región en la que usted está es una de las regiones del Perú que más produce, ¿siente la presencia y la violencia del narcotráfico también?
—Mons. Kay Martin: Sí, ciertamente y hoy por hoy en el Perú aún cuando haya pasado el tema del terrorismo en su gran mayoría comienza a haber esta nueva alianza del narcoterrorismo, en el que el narcotráfico produce y extrae la coca y el terrorismo, las células terroristas remanentes que quedan, protegen y a su vez se alimentan financieramente del narcotráfico, y luego viene una secuencia de problemas sociales, jóvenes que dejan los estudios para ir a recoger hojas de coca… hacer dinero rápido y fácil, ganar por ejemplo más que sus profesores en el colegio, abandonar la educación secundaria normalmente y luego dedicarse al alcohol, a la droga y también por otro lado es una cuestión que corrompe la vida moral de la población o de las comunidades que viven en la selva, cerca de la selva del Perú.
Si tuviéramos que dar una razón fundamental por la cual la gente opta por plantar la coca, es por desesperación porque no hay otras formas de sobrevivir o porque es dinero fácil, cómodo y todo lo que eso pueda conllevar: poder, bienestar, prestigio, poder…
—Mons. Kay Martin: Pienso que hay las dos cosas. Como he dicho, por un lado en la selva se vive hoy por hoy todavía una situación muchas veces de pobreza además de una ausencia del estado, carencia de servicios de salud decentes, carencia de una educación medianamente siquiera digna y bien establecida, y entonces la pobreza no solamente económica, sino también cultural, lleva a la búsqueda de soluciones fáciles. Pero por otro lado hay que tener en cuenta que hay otras oportunidades, tenemos efectivamente en la selva baja uno de los mejores cafés, recientemente ha ganado un premio internacional en Holanda, el café Tunqui, pero…
…mucho menos rentable…
—Mons. Kay Martin: … ciertamente, aún cuando es un negocio hermosos y valioso, sin embargo resulta mucho menos rentable y tanto el café como el cacao van retrocediendo en las plantaciones y va aumentando la plantación de la hoja de coca.
En la prelatura, el 90% de las personas son indígenas, por tanto hablan el quechua, esto ¿qué retos presenta tanto en este campo de relación con el estado como para la parte pastoral de evangelización?
—Mons. Kay Martin: Para nosotros como Iglesia constituye un reto a nivel de evangelización porque se supone una evangelización bilingüe, ciertamente hay que tener en cuenta que el Quechua, aunque yo no quisiera ser pesimista en esto, pero parece forzado a la desaparición, las nuevas generaciones, los jóvenes, por un afán de insertarse en el mundo, abandonan la lengua de la familia…
…prefieren el español…
—Mons. Kay Martin: Si, prefieren hablar el español porque les abre posibilidades en el mundo. Pero, sea como fuere, nosotros tenemos un gran reto aquí, hace poco hicimos la revisión de nuestro devocionario cancionero bilingüe que es el primer documento que sacaremos bilingüe y luego tenemos que sacar los manuales de preparación para los sacramentos: primera comunión, confirmación, matrimonio también bilingüe, poco a poco, es uno de los retos y me parece que es un reto muy hermoso, porque nuestros mismos catequistas, sobre todo los que viven en los lugares más apartados y que hablan el Quechua tendrán una herramienta concreta para ayudar en la evangelización.
Su lema episcopal es “mi vida es Cristo”. ¿Quién es Jesucristo para usted? Po
rque para decidirse a seguir ese llamado, significa que hay una relación muy real con el Señor. ¿Quién es Jesucristo?, ¿quién es para usted que lo quiere comunicar a los demás?
—Mons. Kay Martin: Es mi Señor, es mi amigo, es mi gozo, mi alegría, es mi baluarte… En fin a lo que voy es…. bueno, sin el Señor yo no sé qué sería de mi vida. De manera que yo quise escoger ese lema porque en el fondo expresa lo que es propio para todos nosotros cristianos y nuestra fe católica, que Jesús es el centro de nuestra vida. Para mí la vida es Cristo, y todo lo demás una pérdida sin Èl.
¿Cuál es el anhelo del corazón de Cristo para la prelatura de Ayaviri y cómo nosotros como iglesia, podemos realizar esos anhelos del corazón de Cristo y apoyarle en su misión?
—Mons. Kay Martin: Los anhelos del Señor para con la prelatura son los anhelos del Señor para la iglesia. No creo que sean muy distintos, quizás tengan el Señor en su corazón algunas cosas particulares, pero pienso que quiere una Iglesia joven, una Iglesia llena de gozo, una Iglesia llena de vocaciones, una Iglesia próspera, no en lo económico, que eso con el tiempo quizás vendrá también y yo espero que venga porque vivimos realmente una situación muy, muy dura, pero no en lo espiritual. Es decir que esta iglesia tan profundamente religiosa, aunque a veces muy pobre o nula formación, pueda llegar a conocer a Jesús, a amar a Jesús, y seguir a Jesús.
¿Y cómo le ayudamos a realizar estos anhelos?
—Mons. Kay Martin: Nos pueden ayudar, uno, con becas para el seminario, tenemos ahorita diez jóvenes estudiando entre la filosofía y la teología y ciertamente para nosotros que, como he dicho, somos una prelatura en banca rota porque realmente no tenemos ingresos propios y vivimos de las caridades todavía ajenas. Además hemos abierto hace unos años el primer colegio parroquial y yo tengo la intención en el futuro de abrir, dos colegios, por lo menos dos colegios parroquiales mas, para ofrecer una educación verdaderamente católica y por otro lado también una educación medianamente buena en un lugar donde la educación está sumamente devaluada. Una tercera ayuda sería apoyarnos en las caridades que nosotros necesitamos hacer, medicinas, a veces tenemos casos de gente enferma, discapacitados que las gente humilde los esconde en su casa por vergüenza, por temor, por miedo y que nosotros procuramos a través de nuestra Caritas mandarlos a Arequipa o al Cusco a que sean operados o sean atendidos o tengas sus fisioterapias, etc. Y por último, otro medio que es indispensable es la oración, necesitamos que recen por la misión, que los que no están en la misión, sino que viven en lugares en que la iglesia tiene una cierta estabilidad y seguridad, oren por los que necesitamos la fuerza de sus oraciones que Dios la escucha y nos dará a nosotros la ayuda.
Esta entrevista fue realizada por Johannes Habsburg para «Dios llora en la Tierra», un programa semanal de radio y televisión producido por la Catholic Radio y Television Network junto con la fundación internacional pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada.
Para obtener más información en la Red:www.WhereGodWeeps.org y www.acn-intl.org.