Por H. Sergio Mora
ROMA, miércoles 18 julio 2012 (ZENIT.org).- “Largely compliant”, ampliamente conforme a la normativa europea por lo que se refiere a los estándares internacionales contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo. Este es el juicio que la Moneyval dio sobre la Santa Sede, IOR incluido (Instituto para las Obras Religiosas) vulgarmente llamado el banco del Vaticano.
Lo indicó hoy monseñor Ettore Balestrero, subsecretario para las Relaciones con los Estados a los periodistas presentes esta mañana en la sala de prensa de la Santa Sede.
Monseñor Balestrero participó además como jefe de la delegación de la Santa Sede en la plenaria de la Moneyval que el 4 de julio pasado discutió el informe presentado por sus técnicos que realizaron una visita al IOR.
Moneyval, la comisión del Consejo de Europa que se ocupa de la lucha contra el blanqueo de dinero y financiación del terrorismo se puso en movimiento después de que el secretario de Estado, el monseñor Tarcisio Bertone, envió en febrero de 2011 al Comité de Ministros una solicitud pidiendo que se incluyera al Estado de la Ciudad del Vaticano como sujeto de evaluación.
El 6 de abril, siempre del año pasado, la solicitud fue aceptada y en noviembre siempre de 2011 la Moneyval realizó el control. “Los evaluadores designados por la Moneyval –indicó el prelado- fueron inmediatamente considerados como el equipo más sólido que la Moneyval haya jamás reunido”.
En el marco de transparencia querida por la Secretaría de Estado de la Santa Sede, la plana mayor del IOR, encabezada por su director general Pablo Cipriani, abrieron el 28 de junio pasado, las puertas del instituto a los periodistas y en una rueda de prensa. Allí explicaron que el IOR no tiene finalidad de lucro, no hay cuentas anónimas o cifradas, el sistema no permite operaciones sin los parámetros identificativos, todas las operaciones son trazables por diez años, el balance es controlado por una sociedad externa, no hay relaciones con bancos off-shore. Ver: http://www.zenit.org/article-42610?l=spanish.
En la conferencia de hoy monseñor Balestrero indicó que la Santa Sede considera que el propio compromiso en el plano moral debe estar acompañado por la conformidad y por la efectiva actuación de los estándares internacionales para la lucha al blanqueo y al financiamiento del terrorismo, lo que hace concreto el compromiso moral.
Monseñor Ballestrero recordó que la iniciativa de pedir la certificación encuentra fundamento en el deseo de Benedicto XVI expresado en el Motu Proprio del 30 de diciembre de 2010: “Muy oportunamente la comunidad internacional se está dotando cada vez más de principios e instrumentos jurídicos que permitan prevenir y contrastar el fenómeno del lavado de dinero y del financiamiento del terrorismo”.
Y cómo a la luz de las palabras del santo padre es justo que la Santa Sede comparta estos esfuerzos, adoptando y “haciendo propias” tales reglas, útiles también “al desarrollo de la propia misión”, teniendo en cuenta también que debe ser ejemplo para todas las instituciones católicas existentes en el mundo.
Este es un camino tomado con determinación, si bien antes de iniciarlo existía un buen número de medidas en vigor, como un ordenamiento jurídico con numerosos elementos para hacer frente a tales fenómenos delictivos. Hacia finales del 2010 se adoptó la Ley número 127 en materia de prevención y contraste del lavado de dinero y de la financiación del terrorismo, que entró en vigor el 1º de abril del año 2011, y en el mes de junio del mismo año se hizo operativo el control de la AIF (Autoridad de Información Financiera).
La Moneyval consideró entretanto que la ley 127 era aún carente, por lo que en enero de este año mejoró la misma.
Siempre este año, la Santa Sede ratificó tres convenciones: la Convención de Viena contra el tráfico ilícito de estupefacientes y de sustancias psicotrópicas de 1988; la Convención de Nueva York para la represión de la financiación del terrorismo de 1999, y la Convención de Palermo contra la criminalidad organizada transnacional de 2000.
Si bien los evaluadores han relevado que el actual sistema de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano es largely compliant “ampliamente conforme”, con respecto a los estándares internacionales, existen áreas que necesitan ser mejoradas, indicó el monseñor.
O sea se se reforzará el sistema en su conjunto, en particular entre las 16 Recomendaciones GAFI esenciales para la lucha contra el lavado de dinero y la financiación del terrorismo, y 7 áreas a las cuales la Santa Sede debe y quiere prestar particular atención.
Se puede puede leer la intervención completa de monseñor Ballestrero en: