Confidencias de un misionero sobre su Año Nuevo en Angola

El padre Luigi De Liberali: »Lo central de la misión es pensar en los otros»

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“¡ Aquí y allá, misioneros juntos!”. Este es el lema del padre Luigi de Liberali, salesiano, 60 años, italiano, lleno de entusiasmo por el trabajo misionero que realiza en Angola desde el 2009. Antes, durante 18 años lo fue en América Latina, en el Nordeste brasileño. Territorios bastante diversos pero con un mismo objetivo: predicar el evangelio.

El 8 de Enero, en una conversación informal con ZENIT, el padre Luigi compartió algunos particulares de cómo paso el Año Nuevo, y del país en el que está trabajando como sacerdote misionero.

¿Cómo pasó el Año Nuevo en cuanto misionero en tierras lejanas?

–Padre Luigi: Ayer llegué de una viaje de 1.600 km en esta región, dentro de nuestra parroquia. Un municipio con cinco comunas en las que visité 13 comunidades católicas, encontrando mucha arena, barro, ríos, paisajes lindos, troncos y barrancos: ¡todo junto!

¿Cuál es el porcentaje de católicos en Angola?

–Padre Luigi: En el área rural del Moxico, en la provincia de Angola en donde vivo, son el cinco por ciento. Moxico tiene una extensión de doscientos mil kilómetros cuadrados y una población estimada en un millón de personas. Sólo el municipio de Kangamaba, donde pasé el final de año hasta la fiesta de Epifanía, tiene 42.000 kilómetros cuadrados y unos veinte mil habitantes.

¿Con quién trabaja en Angola?

–Padre Luigi: A nuestra parroquia salesiana le son confiados ochenta mil kilómetros cuadrados, que los recorro solo. Son más de cien comunidades católicas esparcidas en esta gran área, distantes una de la otra. Luena es la ciudad donde vivo con otros tres salesianos que se ocupan más del área urbana y de nuestras obras (escuela, escuela profesional, centro juvenil, puesto de salud).

¿En qué parte de Angola usted se encuentra y cuáles son las dificultades?

–Padre Luigi: Me encuentro en el Este de Angola. Son distancias grandes, pocos medios, todo es difícil. Imagínese que en varias comunidades me pedían sal. La mayoría del pueblo vive aún de lo que consiguen producir de la tierra o de la caza en la jungla.

¿Cuál es su medio de transporte?

–Padre Luigi: Un Toyota cabina doble. Tiene sólo un año y medio, pero ya tuvo muchos problemas y también en este viaje. Menos mal que llevo algunas herramientas conmigo para hacer las reparaciones.

¿A cuantas personas encuentra durante sus viajes?

–Padre Luigi: Calculo que me encontré con una media de 100 personas en cada comunidad y aún más en otras.

¿Cuántos días tardó en recorrer esos 1.600 kilómetros? ¿También utiliza caballo?

–Padre Luigi: Aquí no hay casi caballos, poquísimos burros y pocas vacas. Es una población que no fue acostumbrado a criar animales. Recorrí todo eso en diez días, pero a una velocidad media de 20 o 30 km por hora.

¿Y cómo son las carreteras?

–Padre Luigi: Son carreteras de la época colonial y desde aquel tiempo nunca fueron recuperadas y la lluvia las estropea siempre más. A veces tienen que abrir otros caminos a causa de los árboles caídos, puentes rotos, el barro o la arena.

¿Y hay ladrones por ahí?

–Padre Luigi: Personalmente nunca encontré problemas de este tipo. El clima social es tranquilo. El pueblo me acoge muy bien, con calor, cantando, esperando mi llegada, viniendo al encuentro. ¡Es una belleza única!

¿Para los jóvenes que se preparan para la Jornada Mundial, usted  les diría que vale la pena ser misioneros?

–Padre Luigi: ¡Sin lugar a dudas! Vale la pena pensar en los otros y no solamente en sí mismo. Yo comencé cuando era joven. No tenía intención de ser misionero. Pero ayudaba y participaba de actividades sociales y de solidaridad.

¿Y cuando tuvo esa idea?

–Padre Luigi: Después sentí este llamado y vi que no debía tener miedo de dejar mi tierra, y lo hice cinco años después de hacerme sacerdote.

¿En que año llegó a Angola?

–Padre Luigi: Hace cuatro años que vivo aquí en Angola, pero pasé más de 18 años en el nordeste de Brasil. Dos años en Matriz de Camaragibe (Alagoas), poco más de diez años en Arena Blanca (Río Grande del Norte) y cinco años en Recife.

¿Cómo los lectores de ZENIT pueden ayudarlo en su misión?

–Padre Luigi: Con oraciones y siendo solidarios. Y a veces renunciando a alguna cosa para compartirla con los otros.

Para mayores contactos: padreluiz@gmail.com

Traducido del portugués por H. Sergio Mora

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Thácio Siqueira

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