Como se desprende de la primera parte de este recuento camino al Cónclave ofrecido por ZENIT a sus lectores, el papa emérito Benedicto XVI creó 90 cardenales en cinco consistorios, de los cuales viven aún 84. De estos, solo llegan a votar 67 purpurados.
Por su parte, el beato Juan Pablo II convocó a nueve consistorios entre los años 1983 y 2003, a fin de otorgarles la dignidad cardenalicia a 231 prelados, entre ellos a uno no-obispo, el presbítero y teólogo suizo Hans Urs von Balthasar, pero que no pudo recibirlo al fallecer dos días antes del Consistorio. Del grupo del papa Wojtyla, viven 123 pero solo podrán votar 48.
Finalmente, solo quedan vivos dos creados por el papa Pablo VI, que como es obvio no son electores. Se trata del brasileño Paulo Evaristo Arns OFM, y del estadounidense William W. Baum.
In pectore
El papa polaco también se reservó in pectore, es decir “en secreto”, la creación de cuatro cardenales. Uno de ellos fue el cardenal chino Ignatius Gong Pin-mei, obispo de la diócesis de Shangai, muerto en marzo de 2000. Su dignidad fue conocida recién en el consistorio de 1991, a pesar de que su creación fue en 1979.
Se añade a este gesto, el que tuvo el papa beato al crear cardenal in pectore al arzobispo polaco nacionalizado ucranio, Marian Jaworski, obispo emérito de Leópolis en Ucrania. Como se recuerda, el alto prelado sufrió la amputación del brazo debido a una bomba colocada cerca de su automóvil en los años sesenta, en pleno régimen soviético. Si bien lo nombró cardenal en 1998, recién se conoció en el consistorio de 2001 que lo había creado como tal, con el título presbiteral de San Sixto.
De igual modo, se reservó la creación del cardenal Janis Pujats, arzobispo emérito de Riga en Letonia y expresidente de la Conferencia Episcopal Letona. Por ser una víctima sobreviviente del régimen soviético cuando su país formaba aún parte de la URSS, su nombramiento no fue hecho público hasta el consistorio de 2001.
Durante el último consistorio de 2003, Juan Pablo II se reservó un cardenal in pectore, el cual no quiso publicar antes de morir. Por lo tanto existe un cardenal que no se puede aún oficializar, lo que confirma el silencio de Benedicto XVI, quien en todo su pontificado no lo hizo conocer.
Los octogenarios
Ya ha quedado claro que quien tiene ochenta años cumplidos no podrá participar del Cónclave, con el fin de ejercer su voto. Aunque con el derecho que le asiste a todo bautizado varón, sí podría ser elegido como el sucesor de Pedro, razón por lo cual debe seguir con atención el evento…
<p>Sin embargo, un cardenal mayor de ochenta años, que se sienta con las facultades de hacerlo, podrá responder a lo que dice la Constitución Apostólica Universi Dominici Grecis sobre la Sede Vacante, que en el numeral 85 recomienda vivamente a estos a reunirse con los fieles en oración, ya sea en las basílicas patriarcales de Roma o en cada Iglesia particular.
Por lo tanto, terminadas las Congregaciones generales de estos días, donde sí vienen participando algunos con sus ideas y reflexiones, podrán quedarse en la Urbe para rezar y esperar…
Los venidos del Oriente
Siendo así, y terminadas las Congregaciones preparatorias –donde entre otras cosas, se elige a los que tendrán funciones específicas durante el Cónclave y se establece la fecha de inicio del mismo–, el número de cardenales hábiles se prepara para una “clausura” tanto en la Casa Santa Marta dentro de los muros vaticanos, así como en la Capilla Sixtina donde tendrán que reunirse hasta que salga elegido el nuevo papa.
Los electores que provienen de Asia son diez, distribuidos principalmente entre los cardenales de la India (cinco), así como uno por Filipinas, China, Líbano, Vietnam y Sri Lanka.
Tomando en cuenta la forma en que está distribuido el Mapamundi –y para no hablar de “Sur y Norte”–, incluimos también en el Oriente a los altos purpurados que provienen de África. Del continente negro asistirán 11, siendo así que dos son de Nigeria y de los demás vienen solo uno por país, valga decir, de Ghana, Tanzania, Sudáfrica, Sudán, Senegal, Kenia, Egipto, Guinea y la República Democrática del Congo.
Los que llegan de Occidente
Del otro lado del Hemisferio, asisten 95 cardenales, distribuidos entre 60 de Europa, 14 de Norteamérica (sin México), 19 de América Latina y 1 por Oceanía.
En el grupo europeo, el número más alto proviene de los italianos que son 28. Le siguen los alemanes con seis, los españoles son cinco y los franceses y polacos llegan con cuatro cada uno. Luego se reduce a dos en el caso de Portugal y a uno solamente por Irlanda, Hungría, Suiza, República Checa, Bélgica, Países Bajos, Austria, Bosnia-Herzegovina, Lituania, Croacia y Eslovenia.
A ellos habría que sumar a los norteamericanos, que son once de los Estados Unidos y tres de Canadá; así como a uno de Australia en Oceanía.
Tomarán su puesto también en la Capilla Sixtina los cinco electores de Brasil, tres de México y dos de Argentina. Viene uno solo por Colombia, Chile, Perú, Venezuela, Honduras, República Dominicana, Cuba, Bolivia y Ecuador.
En el siguiente y último artículo explicaremos la composición del Cónclave según el lugar donde los cardenales desarrollan su ministerio pastoral. También será un rápido análisis sobre los grupos de edad, que permita comparar las posibilidades que tienen algunos de gobernar por un largo periodo –o no–, la barca de Pedro .
Al respecto nos quedamos con lo dicho ayer al diario italiano Avvenire, por el prefecto emérito de la Sagrada Congregación para las Cauas de los Santos, el cardenal portugués José Saraiva Martins: “La Iglesia no tiene colores, no es blanca, ni negra ni amarilla. Ni africana, ni europea ni asiática. El papa puede ser de cualquier color”.
La primera parte del artículo puede leerse en: www.zenit.org/es/articles/los-que-son-y-los-que-estaran-i