El cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez, 71 años, nació en Bogotá el 22 de septiembre de 1942. La secundaria ya la cursó en el seminario de Ibagué y siguió el ciclo filosófico. Después en la Universidad Gregoriana, en Roma, obtuvo la Licenciatura en Teología, y en el Pontificio Instituto Bíblico la licenciatura en Sagrada Escritura.
Su ordenación sacerdotal fue el 20 de mayo de 1967. Tras ocupar cargos de capellán, profesor, y párroco, fue consagrado obispo de Cúcuta el 25 de marzo de 1992 y en 1999 Juan Pablo II lo nombró arzobispo de Barranquilla, en el 2010 Benedicto XVI lo hizo arzobispo de Bogotá y lo creó cardenal el 24 de noviembre de 2012.
Se destaca por una gran experiencia pastoral y por entender que los problemas tienen una complejidad que no admite simplificaciones.
Sobre el conflicto armado en Colombia el cardenal Salazar indicó que después de cincuenta años de sangriento conflicto no es fácil pensar que se llegue rápidamente a un acuerdo, sino a un proceso de paz que va a llevar muchos años, y que con la ayuda de Dios se va a realizar en el marco de la democracia.
Sobre el proceso de paz indicó: “Estamos siempre listos a todo lo que sea conducente a la paz” porque “está en el corazón mismo de nuestro mensaje del Evangelio”.
Consideró que el tema de las drogas es complejo y tomó como positivo que en su país se dé inicio a un debate sobre el tema, sin sentar posiciones definidas antes de que se inicie una discusión al respecto. "Nosotros como Iglesia no nos oponemos a la despenalización, pero sí tendríamos ciertos reparos frente a su legalización", indicó en un comunicado. Y añadió que las drogas son un problema internacional y que, como tal, la lucha contra estas debe ser una acción entre las naciones involucradas.
Sobre el llamado matrimonio homosexual expresó su preocupación: “El Señor creó varón y mujer y pidió que fueran el varón y la mujer los que se unieran en una unión estable que nosotros llamamos matrimonio”, dijo.
Calificó como negativo que en los colegios se incluya en la cátedra de educación sexual, la enseñanza sobre el supuesto derecho a abortar en los tres casos en que representan un delito no castigable en este país: malformación física del feto, violación e incesto.
Sobre algunos casos que se registraron de abusos sexuales a menores de parte de sacerdotes, indicó “la necesidad de hacer todo y más para evitar que esto se pueda repetir”, manifestó su comunión con Benedicto XVI en el tema de la prevención y la denuncia de estos casos, y pidió perdón a las víctimas en nombre de los autores de estos crímenes.