Tras la bendición Urbi et Orbi del papa Francisco los miles de fieles empezaron a abandonar la plaza de San Pedro, cantando y emocionados.
Marta, una joven extremeña acompañada de su pareja nos ha comentado que no tenían pensado venir y planearon las vacaciones hace una semana, ha dicho que «hoy queríamos ver la basílica por dentro y esto ha sido una sorpresa, no nos lo esperábamos. Nos hemos encontrado con un cura español y nos dijo que creía que la fumata iba a salir negra pero hemos preferido esperar un poco más por si acaso. No conocemos mucho sobre el nuevo papa pero los que teníamos al lado eran latinoamericanos y estaban muy contentos».
También una joven pareja argentina, Jaime y Clara, visiblemente emocionados comentan que hace tiempo tenían este viaje planeado por lo que no se podían imaginar que algo de esto iba a suceder. Cuando se enteraron de la renuncia pensaron que iban a ver Roma sin un papa. «Vinimos también para la primera fumata y pensamos a ver si puede ser mañana. Hoy llegamos más descreídos porque toda la gente comentaba que esto suele durar mucho». «Cuando hemos escuchado Bergoglio nos hemos mirado y no podíamos creerlo. Allá es superquerido por todo lo que ha hecho. Es un hombre muy carismático. Nosotros somos muy marianos y cuando ha pedido la bendición de la Virgen nos hemos emocionado».
Otra mujer, también latinoamericana, Esmeralda, de El Salvador, ha dicho que «es la primera vez que vivo esto y para mí ha sido una experiencia divina y lo mejor que me podía haber pasado. Vivo aquí desde hace tres años y no tengo ni palabras. Ha sido una sorpresa lindísima. Aunque no conozco mucho sobre él lo importante es que sea una persona que nos guiará sobre el camino del bien».
Dos amigas sevillanas, Bárbara y Rocío, que están de Erasmus en Roma y son estudiantes de ingeniería y enfermería. «Cuando nos hemos enterado que ha salido la fumata blanca hemos venido corriendo. Ha sido mucha emoción, no esperábamos encontrarnos con tanta gente y todos tan emocionados. Nos han gustado sus primeras palabras, nos ha recordado a Juan Pablo II».
Un sacerdote argentino, Álvaro, estudiante de derecho canónico se ha mostrado emocionado: «nunca imaginé que podía resultar papa un argentino. Cuando escuché Jorge Mario, fue increíble, mucha emoción».
Esta es la voz de las personas que ayer quisieron acompañar a Francisco y que al unísono cantaban «¡Viva el papa!» y quieren estar junto al nuevo pontífice.