El papa Francisco ayer, en su primera salida del Vaticano a la basílica de Santa María la Mayor fue a rezar ante la imagen de la patrona de Roma. El cardenal arcipreste del santuario, el turolense Abril y Castelló estuvo en la misma, fue nuncio apostólico en Argentina del 2000 al 2004, cuando Bergoglio era cardenal, y le contó a ZENIT nuevos particulares.
¿Cómo nació la idea de la visita de papa Francisco a Santa María la Mayor?
–Cardenal Abril y Castelló: Desde ayer por la tarde me dijo que quería hacer una visita a Santa María la Mayor, Y le respondí que encantado, que por supuesto, y si quería le acompañaba. A lo que me dijo que sí, que claro.
Así que le acompañamos. Vino también el cardenal Agostino Vallini. En la basílica no había gente, por motivos de seguridad, Fue un rato de oración muy bonito a la Virgen, después de que le ofreció un ramo de flores. Se quedó rezando un rato en silencio, después cantamos todos la Salve Regina.
Ayer me dijo en concreto, quiero ir a rezarle a la Virgen para encomendarle todo mi pontificado. Para que lo bendiga y me ayude.
¿Y a continuación?
–Cardenal Abril y Castelló: Le mostré la parte restaurada de la capilla de enfrente, que aún no está completamente abierta al público, llamada Sixtina, siempre en la basílica de Santa María la Mayor, que como todos sabemos es donde san Ignacio de Loyola celebró la primera misa. Al papa le gustó mucho cómo había quedado la capilla. Después saludó a los colaboradores más estrechos.
¿Desde aquí partió a via ‘Della Scrofa’?
–Cardenal Abril y Castelló: Después fue a recoger todas sus cosas en la residencia de ‘via della Scrofa’, las recogió y en un determinado momento sucedió esto, que él fue a pagar. Yo le dije: santo padre, deje que después arreglamos nosotros. Y el me dijo: no, no, no, pago yo. Y después me precisó: si le he dicho que no es porque quiero dejar claro que el papa no se aprovecha para nada de las cosas de la Iglesia. Fue un ejemplo magnífico y que define lo que él es.
Bergoglio tenía pasaje de ida y vuelta. ¿Y esto de la residencia indica que pensaba volver a ella después del cónclave?
–Cardenal Abril y Castelló: Por supuesto que no había pagado porque pensaba, el día que me marche pago todo en conjunto. Y esto lo define mucho.
El nombre de Francisco es ya un programa
–Cardenal Abril y Castelló: Sobre el nombre, en un primer momento, pues no oíamos bien, pensamos que era o san Francisco de Asís o san Francisco Javier. Durante la cena le pregunté y me dijo de manera muy clara que era en honor y homenaje a san Francisco de Asís.
¿Había satisfacción entre los cardenales?
–Cardenal Abril y Castelló: Sí, sí, creo que sí. Fue recibido con una gran alegría porque creemos que puede hacerlo muy bien. Lógicamente es un cambio muy fuerte. No quiero decir revolución, porque es una palabra que no va; pero creo que es un cambio importante, que por primera vez en muchísimos siglos se haya salido de las coordinadas europeas, no digamos de las italianas que prevalecieron por tanto tiempo, sino que se ha ido más allá y se ha dicho: en donde está casi media Iglesia.
¿Será importante para América Latina?
–Cardenal Abril y Castelló: Hay que tener en cuenta ese dato, casi media Iglesia vive allí, y por lo tanto que haya un papa originario de allí, creo que lo van a sentir un papa más de ellos. Y esperemos que esto permitirá una evangelización más eficaz y más dinámica. Y que pueda ser seguida por pastores y por fieles.
¡Se vio que al papa no lo eligieron los periodistas sino el Espíritu Santo!
–Cardenal Abril y Castelló: Gracias a Dios, debo decir, porque en tantas ocasiones cuando daban ciertas interpretaciones, yo les decía, estas son cuestiones de ustedes, arréglense entre ustedes los periodistas.
¿Se podría mejor que así?
–Cardenal Abril y Castelló: Claro uno teóricamente puede hacer la hipótesis que quiera, pero creo que esta es una opción magnífica, magnífica. Mejor en este momento creo que difícilmente podía ser. Es el Espíritu Santo el que ha dado su inspiración. Al santo padre se le ve muy sereno, muy tranquilo, creo que va a hacer un gran trabajo, y esperamos y pidamos por él.