Ofrecemos a los lectores un artículo del hermano jesuita Wenceslao Soto Artuñedo SJ, publicado en el número 102 de la revista Jesuitas sobre el emblema “IHS” que está incorporado al nuevo escudo del papa Francisco.
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No podía ser de otra manera, pues Jesús es el principio y fundamento de la espiritualidad ignaciana y con frecuencia se llamaba a la nueva orden religiosa la «Compañía del Nombre de Jesús». Suele explicarse como abreviatura de «Jesús Hombre Salvador», pero en realidad esto es una tradición devocional que se añade al significado original.
Se trata del monograma resultado de la abreviatura del nombre ‘Jesús’ en griego: Içóouò o IHÓOUÓ. Al principio se utilizaron otras formas, pero se acabó fijando el monograma Içò (Içóouò), formado por una «iota» griega (i, I), una «eta» griega (ç, H) y la forma de la «sigma» griega al final de una palabra (ò). Al asimilar esta sigma a una «ese» latina (s, S), y en letras mayúsculas, tenemos IHS: una «i» o «j», una «hache» y una «ese».
El conjunto se cubría con un trazo horizontal para indicar que se trata de una abreviatura.
Al escribirse el monograma en letras góticas minúsculas (Ihs) el trazo vertical de la h se cruzaba con el horizontal de la abreviación formando una cruz. Esta costumbre se mantuvo con las mayúsculas, añadiendo al conjunto una cruz sobre la H, a veces con la imagen de Cristo crucificado o con el Niño Jesús. También es muy corriente incluir el IHS en un sol radiante, rodeado de una corona de espinas, o con otros complementos iconográficos.
Ya era muy usado este signo antes de la Compañía, como expresión de la devoción al nombre de Jesús, y se esculpía sobre la portada de muchas casas, a modo de escudo heráldico. Fue divulgado por los dominicos y los franciscanos, entre los que destacó san Bernardino de Siena (1380-1444).
Pero su mayor difusión vino con la Compañía de Jesús. Ignacio encabezaba sus cartas desde los primeros tiempos con el nombre o la abreviatura de Jesús, que solía escribir con cuatro letras minúsculas, poniendo la cruz en el asta de la «h». También lo adoptó como su sello de Prepósito General de la Compañía, añadiendo debajo del monograma una media luna entre dos estrellas. Se piensa que es una representación simbólica, heráldica, del firmamento, pero también podría ser una reminiscencia del sol y la luna presentes en la iconografía medieval del Calvario. Mucho más frecuente en la Compañía de Jesús ha sido colocar debajo del monograma tres clavos unidos por sus puntas, que son los de la pasión de Cristo, cuyo origen también es medieval. Desde el siglo XVI fue muy frecuente añadir un corazón sobre el que se apoyan o hincan los tres clavos. Aunque la adición del corazón no fue exclusiva de los jesuitas, éstos fueron los que más la usaron.
A san Ignacio se le suele representar contemplando un IHS (como a otros santos jesuitas) o se le inscribe en el pecho o en algún objeto que sostenga (libro, estandarte, ostensorio). Se hizo muy frecuente en las portadas de los libros, en las casas de la Orden como elemento identificativo y decorativo (Allá donde haya gente de la Compañía póngase el nombre de Jesús), y en los sellos o logotipos de sus obras. Una prueba de su poder mediático es que Carlos III, expulsados los jesuitas, ordenó quitar todos los IHS de los edificios ocupados y poner en su lugar el escudo real.
«Veía al Padre que le decía a su Hijo: Quiero que tomes a éste por servidor tuyo. Y así Jesús le tomaba y le decía: Yo quiero que tú nos sirvas. Y tomando, por esto, gran devoción a este santísimo nombre, quiso que la congregación se llamase: la Compañía de Jesús». «Le oí decir a Ignacio, que pensaría ir contra Dios y ofenderle, si dudase que este nombre convenía».
Fuente: http://www.jesuitas.es/images/stories/revistajeusitas/jesuitas102.pdf.