Hoy tendrá lugar en la Catedral de Canterbury la solemne ceremonia de entronización del arzobispo Justin Welby, primado de la Comunión Anglicana.
Publicamos a continuación el texto del mensaje que el santo padre Francisco ha enviado en esta ocasión al nuevo arzobispo de Canterbury:
Para el Reverendísimo y Honorable Justin Welby arzobispo de Canterbury
«Gracia y paz en abundancia.» (1 Pedro 1, 2b)
Le doy las gracias por las amables palabras de su mensaje por mi elección, y deseo a su vez ofrecer mis saludos y mejores deseos con ocasión de su entronización en la catedral de Canterbury.
El ministerio pastoral es una llamada a avanzar en la fidelidad al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Tenga la seguridad de mis oraciones mientras usted toma sus nuevas responsabilidades, y les pido que oren por mí, ya que responder a la nueva llamada que el Señor me ha dirigido.
Espero poder reunirme con usted en un futuro próximo, y para la continuación de las buenas relaciones fraternales que nuestros antecesores disfrutaron.
Desde el Vaticano, 18 de marzo 2013
También el papa emérito Benedicto XVI el 4 de febrero envió un mensaje al arzobispo en ocasión de la investidura oficial.
Publicamos a continuación el mensaje:
Para el Reverendísimo y Honorable Justin Welby arzobispo de Canterbury:
Damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, orando sin cesar por ustedes, desde que nos hemos enterado de la fe que tienen en Cristo Jesús y del amor que demuestran a todos los santos, a causa de la esperanza que les está reservada en el cielo (Col 1:3)
Con estas palabras de san Pablo, os saludo con alegría en el nombre del Señor Jesús, «a quien Dios hizo para nosotros sabiduría, justificación, santificación y redención» (1 Corintios 1, 30), y le expreso mis deseos piadosos buenos con motivo de su instalación como arzobispo de Canterbury.
Usted toma su cargo en un momento en que la fe cristiana está siendo cuestionada en muchas partes del mundo occidental por aquellos que dicen que la religión es un asunto privado, sin ninguna contribución para ofrecer al debate público. Ministros del Evangelio de hoy tienen que responder a una sordera generalizada a la música de la fe, y un cansancio generalizado que rechaza las exigencias del discipulado. Sin embargo, el hambre de Dios, aunque no reconocido, está siempre presente en nuestra sociedad, y la tarea del predicador, como mensajero de la esperanza, es contar la verdad con amor, derramando la luz de Cristo en la oscuridad de la vida de las personas. Que vuestro apostolado producir una cosecha rica y puede abrir los ojos y los oídos de muchos al mensaje vivificante del Evangelio.
Demos gracias a Dios porque los lazos de afecto entre católicos y anglicanos se han consolidado en las últimas décadas a través del diálogo y la colaboración, así como por las reuniones personales entre nuestros respectivos predecesores. Con una gran esperanza de seguir construyendo sobre ese importante legado. Las decepciones que se han encontrado y los retos que quedan en nuestro camino hacia la plena comunión son bien conocidos, pero también ha habido signos de esperanza. Reconociendo que nuestra unidad surgirá sólo como un don del Señor, vamos a confiar a su Espíritu Santo, al la vez que renovamos nuestra determinación de buscar la unidad en la fe y participar más profundamente en el testimonio común y la misión.
Con sentimientos de relación fraternal, le aseguro mis oraciones mientras toma sus nuevas responsabilidades. Cualquier desafío que se produzca, que la fuerza del Señor le conceda la sabiduría, y que el Espíritu Santo le guíe en todas tus labores en su nombre.
Desde el Vaticano, 04 de febrero 2013