Son dos jóvenes del Líbano quienes están escribiendo las meditaciones para el Via Crucis que se realizará el Viernes Santo en el Coliseo de Roma.
El encargo lo hizo el papa emérito Benedicto XVI antes de dejar su pontificado y la noticia, que fue publicada el 29 de enero pasado, en unas pocas líneas del diario L’Osservatore Romano, ahora fue ampliada por la Oficina de Prensa de la Santa Sede y por la Radio Vaticano.
“El santo padre –indica el reciente comunicado- en memoria del reciente viaje al Líbano y para invitar a toda la Iglesia a tener presente en la oración al Medio Oriente, sus problemas y las comunidades cristianas de esa tierra, ha invitado a través del secretario de Estado, al patriarca cardenal Béchara Boutros Rai, a escribir los textos del Via Crucis del viernes santo en el Coliseo”.
El comunicado indica que los textos “serán preparados por dos jóvenes libaneses y seguirá elesquema de las 14 estaciones” y “bajo la guía del patriarca” de Antioquía y de los maronitas.
Benedicto XVI realizó su viaje apostólico a Líbano, del 14 al 16 de septiembre del año pasado, para entregar la exhortación apostólica del Sínodo realizado en el Vaticano en octubre de 2010, que lleva por título Ecclesia in Medio Oriente. La misma está dedicada a los católicos de diversos ritos que viven en dicha región.
“Así en el anfiteatro Flavio, la cristiandad conocerá las injusticias, las divisiones entre los cristianos, el fundamentalismo y la violencia que desgarran los pueblos meridionales. Pero también los sufrimientos y los males de toda la humanidad”, dijo la Radio Vaticano.
Los textos que serán publicados integralmente el lunes próximo por la Librería Editorial Vaticana piden oraciones por quienes imitando a Pilatos “empeñan su autoridad en el servicio a la injusticia y pisotean la dignidad del hombre y su derecho a la vida”. Por quien cree “poder sustituir a Dios y determinar por si mismo qué es el bien o qué es el mal”, esto “en nombre de la razón, del poder o del dinero”.
Menciona también el “laicismo ciego que sofoca los valores de la fe y de la moral en nombre de una presunta defensa del hombre”. Y al “fundamentalismo violento que toma como pretexto la defensa de los valores religiosos”.
Así como la invitación de mirar a Cristo que se ha identificado con los débiles, sin olvidar por ello a los pueblos humillados y que sufren “en particular los del Oriente martirizado”, indicando que pueden cargar con Èl la propia cruz de esperanza”.
En la XII estación, que recuerda la muerte de Jesús en la cruz, se exalta la vida en Cristo, y se pide rezar por quienes promueven el aborto y la eutanasia “para que se empeñen en edificar la civilización de la vida y del amor”.
Se pide también el respeto de la libertad religiosa de manera que “las diversas religiones puedan ponerse juntas para servir el bien común y contribuir al desarrollo de cada persona en edificar la sociedad”.
Y en las mujeres de Jerusalén verán a las mujeres de hoy heridas en su dignidad y que sufren violencia por las discriminaciones.
También recuerdan en las tres caídas de Cristo, la herida de la división en la Iglesia. Y en la deposición de Jesús, se recuerda la gran apertura a la esperanza, especialmente para quienes buscan el sentido de la vida, para que crean que Cristo venció la muerte y el pecado.