Hoy domingo de Ramos, el papa Francisco ha celebrado en la plaza de San Pedro la primera celebración de la Semana Santa y una de las liturgias más importantes de la religión cristiana. Se calculaba la presencia de más de 250.000 personas en torno a las 11.30 de la mañana y a esa hora seguía llegando gente y ocupando las calles que rodean la plaza de San Pedro para escuchar también el Ángelus.
El característico verde de los ramos de olivo de este domingo de Ramos han dado luminosidad a la plaza junto a las banderas de muchos países del mundo. Los ramos de olivo que los fieles han llevado en la mano, son una ofrenda de la Dirección de las Villas Pontificias de Castel Gandolfo. Los ramas de palmas que llevan los jóvenes son una donación del camino Neocatecumenal. Las plantas y los ramos de olivo que adornan el Altar y la Plaza de San Pedro son una donación de la región de Puglia. Y las «palmurelli» son una donación de los ayuntamientos de Sanremo y Bordighera. Este es el decimotercer año que la región de la Puglia y los floricultores de la ciudad de Terlizzi que se ocupan de la decoración de la plaza de San Pedro en el domingo de Ramos con olivos, flores y plantas mediterráneas de producción terlizzese.
Se han distribuido entre los asistentes a la celebración unos doscientos mil ramos de olivo bendecidos. Los dos árboles de olivo colocados bajo las estatuas de san Pedro y san Pablo se unirán a los que ya adornan los jardines vaticanos.
El santo padre ha celebrado la misa acompañado por cuatro concelebrantes, cardenales Vallini, cardenal Stanislaw Rylko, monseñor Josef Clemens y monseñor Filippo Iannone.
En la homilía Francisco ha dado tres ideas clave: alegría, cruz y jóvenes. La alegría – ha explicado – es la que procede de abrazar la cruz de Jesús. «La nuestra es una alegría que no nace por tener muchas cosas, sino que nace por haber encontrado a una Persona: Jesús». Ha pedido a los presentes que no se dejen robar la esperanza que da Jesús. Sobre la cruz ha explicado que «es precisamente aquí donde resplandece su ser rey según Dios: su trono regio es el madero de la cruz». A los jóvenes les ha dedicado también unas palabras especialmente hoy que desde hace 28 años en el domingo de Ramos se celebra la Jornada de la Juventud. Les ha animado a «prepararse espiritualmente» para el encuentro de este verano en Río de Janeiro. También ha dicho de los jóvenes que «nos traéis la alegría de la fe y nos decís que tenemos que vivir la fe con un corazón joven, siempre, incluso a los setenta, ochenta años». Ha continuado diciendo a los jóvenes que tienen que proclamar que «es bueno seguir a Jesús, es bueno ir con Jesús, es bueno el mensaje de Jesús, es bueno salir de sí mismo a las periferias del mundo y de la existencia para llevar a Jesús».
Al finalizar, Francisco ha rezado el Ángelus y deseado «buen camino» en varias lenguas a los jóvenes con los que se encontrará en la JMJ de Brasil.
Antes de abandonar la plaza, el papa ha paseado en el jeep entre los pasillos de la plaza saludando a los fieles, tomando en brazos y besando a niños y bendiciendo a enfermos. Incluso en algunos momentos se detenía unos instantes para hablar con los peregrinos de todo el mundo reunidos hoy en la plaza.