El cardenal Wilfrid Fox Napier, arzobispo de Durban, en Sudáfrica, franciscano, le ofreció dos pulseras amarillas al papa Francisco hace una semana, el viernes, 15 de marzo, en su primer encuentro como papa con el colegio cardenales en la sala Clementina del Vaticano, dos días después de la fumata blanca. El papa inmediatamente se puso una de las pulseras en su muñeca derecha.
Un gesto que el papa Francisco mismo explicó durante la comida, los siguientes días, retirando su pulsera para mostrársela a los cardenales sentados a la mesa con él les explicó su origen, según declaró el cardenal Napier a Radio Vaticano.
Hace un año o dos, un sacerdote de su diócesis deseó crear un objeto simbólico para el tiempo de Cuaresma: «algo para recordar a aquellos que lo llevarían asumir un compromiso especial por Cuaresma, y para recordarles su compromiso».
Se optó por una banda negra y una banda púrpura, con la palabra Sacrificium impresa, porque «era así como se presentaba nuestra campaña de Cuaresma: haz un sacrificio, da a los pobres», precisa el cardenal.
Después se abrió el Año de la Fe y el sacerdote preguntó al cardenal, si debía continuar con esta iniciativa, a lo que el cardenal respondió: «Adelante». Para señalar este año especial, la pulsera es amarilla y presenta las palabras «Credo Domina-creo, Señor», con los símbolos del pez y de la cruz.
Además, añade el cardenal, la pulsera se da con una tarjeta «que presenta por una cara una oración para el Año de la fe, pidiéndole a Dios que nos ayude a hacer las cosas que debemos hacer para renovar verdaderamente nuestra fe, y por la otra, un formulario de compromiso para hacer estas cosas necesarias».
Traducido del francés por Raquel Anillo
La pulsera se distribuye en la parroquia San José de Durban (http://www.stjoseph.co.za).
Para saber más: http://www.catholic-dbn.org.za.