Con motivo del “Día del Niño por Nacer” que se celebra hoy oficialmente en toda la República del Perú, ZENIT entrevistó al doctor Luis Solari de la Fuente, médico internista y actual decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica Sedes Sapientiae.
El doctor Solari fue congresista de la República en dos periodos consecutivos entre los años 2000 y 2006. Asimismo fue ministro de Salud y luego primer ministro entre los años 2001 y 2003. De él salió la iniciativa legislativa para la dación de la ley que oficializa el “Día del Niño por Nacer” en el Perú, y ha sido el vocero laico de la multitudinaria “Marcha por La Vida” realizada el pasado sábado 23 de marzo en Lima.
En vista de su amplia experiencia y conocimiento a favor del derecho a la vida y la familia, conduce una facultad académica donde sus egresados se destacan por una actitud distinta hacia los pacientes, lo que les permite destacar entre otros profesionales. La ocasión fue propicia para pedirle algunos argumentos “no negociables” sobre temas actuales, que vienen afectando el derecho natural.
Se ha sabido que la «Marcha por la Vida» en Lima ha doblado el número de asistentes del año pasado, ¿no?
–Luis Solari: ¡Más que doblado! El año pasado tuvimos alrededor de 40.000 personas; en la “Marcha por la Vida 2013” hemos superado las 100,000 personas. La foto en primera plana del diario decano “El Comercio” de Lima, al día siguiente, es muy elocuente: “Un mar humano marcha por la vida”.
¿Cuál ha sido la procedencia de los participantes?
–Luis Solari: Como en los años anteriores, familias enteras que vienen a marchar, parroquias, colegios, movimientos, universidades, a las que este año se sumaron diversas personalidades públicas, aunque los marchantes son mayoritariamente jóvenes. Yo marché, al igual que otros años, con la Universidad Católica Sedes Sapientiae cuya delegación es mayoritariamente de la Facultad de Ciencias de la Salud, donde soy Decano.
Si desde otros países se quisiera movilizar a la población a favor de la vida, ¿qué sugerencias les daría? ¿Qué se debe tomar en cuenta?
–Luis Solari: Desde que el papa Juan Pablo II pidiera a las conferencias episcopales el establecimiento de departamentos de defensa de la vida, vemos un gran involucramiento de los obispos en este tema. Una Marcha por la Vida convocada por el obispo del lugar, como ha sido la reciente Marcha en Lima convocada por nuestro arzobispo, es el mejor signo de una Iglesia unida en este crucial tema “no negociable”. Sin duda, es esencial la participación del laicado y de los jóvenes en la organización y el desarrollo de la Marcha.
¿Se sabe de proyectos orientados contra la vida y la familia en el Perú actualmente?
–Luis Solari: Toda América Latina, también el Perú, viene siendo agredida con una presión ideológica contra la vida y la familia. Existen organizaciones en nuestros países, que reciben dinero foráneo con la finalidad de presionar a nuestras autoridades para cambiar las normas legales en desmedro de la vida y la familia. Lamentablemente, los gobiernos y las cancillerías de la región, que estarían obligadas a hacerlo, no actúan para evitarlo.
Hay presiones, ¿entonces?
–Luis Solari: La presión es constante: normas legales contra la vida que, vía el desprecio por la vida, introducen egoísmo en la familia y la sociedad; normas a favor de la ideología de género que, fundada en la tesis de la lucha de clases, introducen el conflicto como el modo relacional; normas que pretenden independizar a los menores de sus padres en materias de sexualidad, que quiebran el fundamental rol educador de los padres. Es una obvia concertación contra la vida y la familia.
Hoy se celebra el «Día del Niño por Nacer»… ¿Qué resonancia tiene a nivel estatal y en la sociedad peruana?
–Luis Solari: Es la “Marcha por la Vida” la que señala públicamente a toda la nación la celebración del Día del Niño por Nacer, cada 25 de marzo, instituido por ley. Es esencialmente a nivel del sector de la salud, que se realizan celebraciones en las que particularmente participan madres en gestación.
Usted tuvo la iniciativa de esta ley en el año 2002 cuando era congresista. ¿Cómo surgió la idea?
–Luis Solari: Las normas legales peruanas, que incluyen a los Tratados internacionales sobre Derechos Humanos suscritos por el Perú, contienen un vasto cuerpo de protección a los niños por nacer, por lo que era necesario condensar en una sola norma el concepto de que el Perú es un país donde se defiende la vida. Nuestro Código de Niños y Adolescentes señala: “Se considera niño a todo ser humano desde la concepción hasta cumplir los doce años de edad”. y “El niño y el adolescente tienen derecho a la vida desde el momento de la concepción”.
¿Tuvo dificultades para obtener la aprobación del Congreso?
–Luis Solari: El Congreso de la República no puso objeciones. Fue el presidente de la República quien no quiso promulgar la Ley, que fue devuelta al Congreso donde fue promulgada.
¿Cree que esta ley, así como iniciativas como las marchas o los colectivos provida, son formas de vigilar a los gobiernos en el modo en que legislan sobre la familia y la vida?
–Luis Solari: En América Latina es claro que la anti-vida y anti-familia ha transitado de financiar “marketing social”, a esencialmente buscar la dación de normas legales de toda jerarquía (leyes y decretos, resoluciones supremas, ministeriales o directorales, ordenanzas regionales o municipales), que sean de cumplimiento obligatorio para nuestras ciudadanías, y así imponer desde la autoridad pública, su agenda destructiva.
Se debe estar muy atento, entonces…
–Luis Solari: Ya no solo basta con promover la vida y la familia. La defensa de las mismas incluye el control social de los órganos públicos. Ese control social va desde la vigilancia de la aparición de proyectos de normas antivida o antifamilia, hasta una acción de develamiento público de la verdad sobre candidatos a convertirse en autoridad pública.
¿Qué nos puede decir de la Facultad de Ciencias de la Salud que dirige, conocida porque está orientada hacia una cultura de la vida?
–Luis Solari: La Diócesis de Carabayllo (la parte norte de la ciudad de Lima), confiada al obispo Lino Panizza, creó la Universidad Católica Sedes Sapientiae, de tipo popular y sin fines de lucro. Hace seis años inició la Facultad de Ciencias de la Salud, para formar profesionales humanistas cristianos con una clara y decidida vocación a favor de la vida.
¿Se inscriben muchos estudiantes?
–Luis Solari: Ya tenemos alrededor de 1.500 estudiantes y en los próximos días se graduará nuestra primera promoción de Enfermería. Signo de que vamos alcanzando la meta propuesta, son los testimonios del personal de los hospitales acerca de la forma distinta de nuestros alumnos para relacionarse con los pacientes. Una correcta formación antropológica lleva a una mirada fraterna hacia los “otros”.
Como médico y educador, le pedimos un argumento que sea útil a los lectores sobre los siguientes puntos:
¿Por qué el aborto «terapéutico» es inviable hoy en día?
–Luis Solari: Los avances de la ciencia han convertido en extremadamente excepcional, casi inexistente, que pueda darse una circunstancia en que deba entregarse la vida del niño para salvar la de la madre. Hay que estar muy atentos a que, utilizando como “Caballo de Troya” el llamado “aborto terapéutico”, se encubra en él el aborto eugenésico incluyendo un listado de discapacidades de los niños por nacer, para matarlo
s…, solo por tener una discapacidad.
¿Qué decir a los que justifican el aborto «por violación»?
–Luis Solari: ¿Cómo puedes sentenciar a muerte al niño inocente, si ni siquiera el culpable de la violación tiene pena de muerte? Vaya y escuche los testimonios de los que se salvaron de un aborto. Escuche su vida, su gratitud por estar vivos. No habrá una sola madre que se resista a la mirada del niño recién nacido “de su propia sangre” cuando es puesto sobre su pecho.
¿Por qué no conviene aceptar la adopción de niños por parte de uniones del mismo sexo?
–Luis Solari: Está demostrada científicamente la importancia de la presencia de la madre y el padre en el desarrollo de la personalidad del niño. No hay ninguna evidencia científica que demuestre lo mismo en un niño criado en uniones del mismo sexo. Lo que sí se puede afirmar es que en este caso habrá una importante distorsión en la formación antropológica que contiene toda educación de padres a hijos. ¿Es esto bueno para los hijos, atendiendo al principio del interés superior del niño? Definitivamente no. ¿Es bueno para la sociedad contemporánea donde es evidente una crisis antropológica? Definitivamente no. Entonces, ¿por qué la autoridad pública aprueba esa clase de normas? Exclusivamente por razones políticas, por los supuestos votos y probables financiamientos a futuras campañas.
¿Y qué puede hacer el cristiano ante este tipo de asuntos públicos…?
–Luis Solari: Respondo con lo dicho por el papa León XIII en la encíclica Inmortale Dei número 22: «No querer tomar parte alguna en la vida pública sería tan reprensible como no querer prestar ayuda alguna al bien común. De lo contrario, si se abstienen políticamente, los asuntos políticos caerán en manos de personas cuya manera de pensar puede ofrecer escasas esperanzas de salvación para el Estado”.