Perú: "Frailes mártires. Una historia franciscana en América Latina''

Relato del único sobreviviente de Pariacoto

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«Son los nuevos santos de Perú», dijo el papa Juan Pablo II al saber y comentar la noticia del homicidio de los frailes franciscanos conventuales polacos, Miguel Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, de 31 y 33 años, misioneros en Pariacoto, Áncash, en los Andes peruanos.

Es el 9 de agosto de 1991, un comando armado de terroristas maoístas de Sendero Luminoso se lleva a ambos religiosos y les «condena a muerte», después de haberles acusado de «adormecer la conciencia revolucionaria del pueblo por sus buenas acciones y sus gestos de solidaridad».

Pero ¿quienes eran los frailes Miguel y Zbigniew, hoy reconocidos como «siervos de Dios» y cuyo proceso de beatificación está en marcha? Veinte años después de su ejecución, el único superviviente, el también fraile Jarek Wysoczanski, que compartió con ellos el tiempo de formación y de la misión, cuenta los hechos.

En un libro —Frati martiri. Una storia francescana nel racconto del terzo compagno de Jarek Wysoczanski y Alberto Friso– que acaba de aparecer en italiano, las Ediciones del Messaggero di sant’ Antonio de los Franciscanos de Padua, escrito con el periodista Alberto Friso, el padre Jarek vuelve a trazar la historia de los años setenta y ochenta en la Polonia comunista, los sueños y las esperanzas de los tres jóvenes religiosos, la partida hacia el Perú en 1988, donde se ponen al servicio de las más pobres del valle andino. Tres años más tarde, el homicidio.

El pasado sábado, 23 de marzo, con ocasión de la XXI Jornada de los Misioneros Mártires (24 de marzo), ediciones Messaggero di sant’ Antonio organizó la presentación oficial del libro, en la sala de la oficina teológica de la basílica del santo en Padua. 

Entre los ponentes estuvo el padre Giulio Albanese, misionero comboniano, director de las revistas misioneras de las Obras Misionales Pontificias OMP, y fundador de la agencia de prensa internacional Misna. 

La introducción del libro, firmado por Ugo Sartorio, director del Messaggero di sant’ Antonio, dice esto: «Ninguna sed de martirio, sino más bien una existencia evangélica en forma de fraternidad que ya es, en sí, una misión en acto. Y cuando este estilo evangélico cristiano y franciscano es cortado por el hacha de la persecución, el que sufre semejante violencia, entra directamente en intimidad y amistad eterna con Cristo. El hermano Miguel y el hermano Zbigniew fueron «juntos» hacia el Señor, siguiendo involuntariamente al pie de la letra la disposición de Francisco de ir de dos en dos por los caminos de la misión, en perfecta comunión, incluso en la muerte que hace resucitar a la vida».

He aquí ahora lo que dice el padre Jarek en una página del texto, escrito en primera persona: «La historia del hermano Miguel y del hermano Zbigniew no tiene ni lugar ni fecha. Es universal, ella me habla y hoy os habla, hablará a otros mañana. También a los que no conocieron los años setenta y ochenta, a los que no han estado jamás en Polonia o en Perú, a los que jamás encontraron a los franciscanos, a los que jamás conocieron las limitaciones de la dictadura comunista o el peligro de la guerrilla revolucionaria maoísta. Es el privilegio de la santidad, encarnada hasta el fin y hasta el extremo del universo».

Traducido de la edición francesa de ZENIT por Raquel Anillo

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ZENIT Staff

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