Los días de Pascua de Resurrección han sido propicios para que el obispo de Arecibo, monseñor Daniel Fernández Torres, dirigiera un mensaje a los fieles de dicha diócesis puertorriqueña.
Ofrecemos a continuación el mensaje del alto prelado.
*****
En la Pascua renovamos nuestra fe en la Resurrección de Jesús: ¡El amor ha vencido!
Decía el Papa Francisco en su homilía dirigida a los cardenales: “Caminar: nuestra vida es un camino y cuando nos detenemos, la cosa no va. Caminar siempre, en presencia del Señor, a la luz del Señor”.
Precisamente la Pascua nos abre y posibilita el camino hacia Dios. El muro que nos separaba ha sido derrumbado. La Pascua “es el día de una nueva creación, el día de la libertad de todas las criaturas para con Dios y de las unas para con las otras. Por tanto, la creación está orientada a la comunión entre Dios y la criatura; existe para que haya un espacio de respuesta a la gran gloria de Dios, un encuentro de amor y libertad”, según explicó el Papa Emérito Benedicto XVI.
En esa línea, dijo el Papa Francisco durante la Misa del inicio de su Pontificado que debemos “guardar” a Cristo en nuestra vida para salvaguardar la creación. Explicó que “custodiar toda la creación”, implica “custodiar a la gente, el preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo se quedan en la periferia de nuestro corazón. Es preocuparse uno del otro en la familia: los cónyuges se guardan recíprocamente y luego, como padres, cuidan de los hijos, y con el tiempo, también los hijos se convertirán en cuidadores de sus padres”.
Sí, la familia es un don de Dios que debemos custodiar, parte de esa creación. El esposo y la esposa son un don de Dios. Los hijos son un don de Dios. Los abuelos son un don de Dios.
El Papa Francisco explicó que para ‘custodiar’ los dones de Dios, también tenemos que cuidar de nosotros mismos. “Recordemos que el odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Custodiar quiere decir entonces vigilar sobre nuestros sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura”.
Celebremos con alegría el triunfo de la Bondad, la Ternura, el Amor. Caminemos animados, confiados, unidos y gozosos. Recibamos siempre al Dios de la Vida en la comunión para que así podamos reflejar su bondad y su ternura en todas nuestras acciones. Que la bendición del Resucitado sea sobre todas las familias en Puerto Rico, hoy y siempre.
+ Daniel Fernández Torres
Obispo de Arecibo