No nos ha dado Dios espíritu de cobardía y temor, sino de fortaleza, amor y autodominio

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El presidente Obama comentó un texto paulino, en la liturgia de oración interconfesional en la catedral de la Santa Cruz de Boston

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El presidente Obama y la primera dama Michelle Obama asistieron ayer en la catedral de la Santa Cruz de Boston al servicio interconfesional Healing Our City, dedicado a aquellos que fueron gravemente heridos o muertos en el atentado con bomba cerca de la línea de meta del Maratón de Boston. 

En sus palabras –según informa la Casa Blanca–, el presidente pagó tributo a aquellos que perdieron la vida en las explosiones en Boylston Street –Krystle Campbell, 29 años, que estaba “siempre sonriendo”. Y a Lingzi Lu, una estudiante graduada de 23 años, de China que vino para “experimentar todo lo que esta antigua ciudad tiene que ofrecer”. Y finalmente a Martin Richard, el niño de 8 años de Dorchester cuya madre y hermana permanecen en el hospital, luchando por recuperarse de sus propias heridas. Martin, dijo el presidente Obama, nos deja dos imágenes duraderas, ‘siempre sonriendo por sus queridos Bruins, y para siempre expresando un deseo que hizo en una tarjeta postal azul: ‘No más genete ore hurting people. Peace.'»

El presidente Obama también alabó a la gente de Boston, una ciudad a la que el y la primera dama una vez llamaron su hogar. Como miles cada año, los dos vivieron allí como estudiantes – justo una de las muchas razones, dijo el presidente, de que Boston tenga un lugar en tantos corazones. «Cada otoño, ustedes reciben a estudiantes de todo Estados Unidos y de todo el globo, y cada primavera ustedes los devuelven graduados al mundo – una diáspora de Boston excelente en cada campo de la empresa humana», dijo. «Año tras año, ustedes acogen a los mayores talentos en artes y ciencia, investigación, ustedes les acogen en su salas de conciertos y en sus hospitales y laboratorios para intercambiar ideas y perspectivas para trazar este mundo juntos».

En efecto, dijo el presidente, “cualesquiera sean los terroristas que estén tras los atentados del lunes eligieron la ciudad equivocada como objetivo, porque Boston no estará aterrorizada o intimidada”.

“Ustedes nos han mostrado, Boston, que frente al mal, los estadounidenses se elevarán hasta lo que es bueno. Frente a la crueldad, elegiremos la compasión. Frente aquellos que vuelven a dar muerte a inocentes, elegiremos salvar y consolar y curar. Elegiremos la amistad. Elegiremos el amor”.

“La Escritura nos enseña: ‘No nos ha dado Dios espíritu de cobardía y temor, sino de poder, amor y dominio propio’ –dijo comentando un texto de la II Carta de san Pablo a Timoteo–. Y este es el espíritu que ustedes han desplegado en días recientes”.

“Cuando los médicos y enfermeras, policía y bomberos y empleados de transportes y guardias corrieron hacia las explosiones para tratar a los heridos, eso es autodominio”.

“Cuando exhaustos corredores, incluyendo a nuestros soldados y veteranos –que nunca esperarían ver tal carnicería en las calles al volver a casa- fueron los primeros en responder, atendiendo a los heridos, esto es real fortaleza”.

“Cuando los bostonianos cargaban a las víctimas en sus brazos, distribuían agua y mantas, hacían cola para donar sangre, abrían sus casas a totalmente extraños, les daban paseos de vuelta para reunirse con sus familiares, eso es amor”.

“Este es el mensaje que enviamos a aquellos que llevaron esto a cabo y a cualquiera que desee hacer daño a nuestro pueblo. Sí, os encontraremos. Y, sí, tendréis que afrontar a la justicia. Os encontraremos. Haremos que rindáis cuentas. Pero más que esto, nuestra fidelidad a nuestro modo de vida –a nuestra sociedad libre y abierta- sólo crecerá más fuerte. Porque Dios nos nos ha dado un espíritu de temor y cobardía sino de fortaleza y amor y dominio propio”.

Tras el servicio, el presidente y la señora Obama se detuvieron en las dependencias de la catedral de Boston para dar las gracias a algunos de los primeros bostonianos en responder y voluntarios, por sus incansables esfuerzos de los últimos días, y luego el presidente visitó a los pacientes, sus familias y el equipo del Hospital General de Massachusetts, mientras que la primera dama se detuvo en el Hospital Infantil de Boston y en el Hospital de Brigham y de Mujeres.

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ZENIT Staff

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