El papa invita a los británicos a proteger a los niños por nacer

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En un mensaje por la Jornada por la Vida les pide dar lo mejor de sí

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El papa Francisco ha querido hacerse presente hoy, en la Jornada por la Vida, enviando un mensaje a los católicos de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda. Las fechas difieren en el calendario pero el espíritu es el mismo: promover y defender la vida, don de Dios.

Si bien en Escocia se celebró el 28 de mayo, en Inglaterra y Gales recién será el 28 de julio, y en Irlanda el primer domingo de octubre. El lema de la edición de 2013 es igual para todo el Reino Unido: “Cuida la vida; vale la pena”, que es una cita de la homilía pronunciada por el entonces cardenal Jorge Bergoglio durante una misa celebrada en 2005 en la conmemoración de San Raimundo Nonato, patrono de las mujeres encinta.

En aquella ocasión el papa afirmaba: “Todos nosotros debemos cuidar la vida y protegerla, con ternura, con calor… Dar la vida es abrir nuestro corazón y cuidar la vida es entregarse con ternura y calor a los demás, preocuparse por los demás. Cuidar la vida desde el principio al final. Qué sencillo y qué hermoso es… Continúen y no se descorazonen. Cuiden la vida, vale la pena”.

Según informa la sala de prensa vaticana, este año la Jornada de la vida en Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda, se centra en el cuidado de los niños no nacidos y de sus madres, de los ancianos, de los suicidas y sus familias. La colecta de las parroquias de Inglaterra y Gales del domingo 28 se destinan al Anscombe Bioethics Center y a las actividades en favor de la vida sostenidas por la Iglesia.

El texto integral del mensaje del papa es el siguiente:

“Recordando la enseñanza de san Ireneo de que la gloria es la persona humana viviendo en plenitud, el santo padre los invita a que dejen que la luz de la gloria resplandezca tanto que todos puedan llegar a reconocer el valor inestimable de cada vida humana. Incluso los más débiles y vulnerables, los enfermos, los ancianos, los no nacidos y los pobres, son obras maestras de la creación de Dios, hechos a su imagen, destinados a vivir para siempre, y merecedores de la máxima reverencia y respeto. Su Santidad reza para que la Jornada de la vida contribuya a garantizar que la vida humana reciba siempre la protección que le corresponde, de modo que «todo lo que respira alabe al Señor» (Salmo 150,6)».

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ZENIT Staff

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