Con motivo de la visita del papa Francisco a Río de Janeiro, el Comité de Coordinación del CELAM trasladó su reunión a esta ciudad, a fin de acoger al santo padre y recibir su mensaje orientador.

A continuación ofrecemos el discurso inaugural de la Reunión General de Coordinación del CELAM, ofrecido por monseñor Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla y presidente del CELAM.

****

Introducción

Al comenzar los trabajos de la Reunión General de Coordinación saludo con afecto y gratitud a nuestros invitados especiales que participarán en  estos primeros días, a SER Cardenal Marc Ouellet, Presidente de la CAL y Prefecto de la Congregación para los Obispos, quien nos ofrecerá una reflexión esta misma mañana y abrirá un momento de diálogo con la Asamblea. De la misma manera lo hará mañana miércoles SER Mons. Gerhard L. Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. De antemano agradezco su participación y su presencia en medio de nosotros. Sean Bienvenidos. Están en su casa.

Expreso también mi gratitud a SER Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, quien ayer por la tarde nos participó su experiencia y responsabilidad como miembro y coordinador del Comité Cardenalicio para colaborar con el Papa Francisco en la revisión y actualización de la Constitución Apostólica Pastor Bonus.

Saludo a SER Mons. E Carlos Berlié, quien nos acompaña en su calidad de miembro del Comité Internacional para las Migraciones; a SER Mons. José Luis Azuaje en su calidad de Presidente de Caritas Latinoamericana; a Mons. Sławomir Śledziewski, secretario personal SER Mons. Müller; a Mons. Humberto González Franco, Oficial de la CAL; a Mons. Josef Sayer, Director emérito de Misereor.

Agradezco la presencia de todos Ustedes los Obispos responsables del CELAM para este Cuatrienio y a todos los Ejecutivos de la Secretaría y  Tesorería General. El Consejo de Presidencia de antemano agradece su participación en nuestra Reunión General de Coordinación.

Experiencias vividas

A un año de distancia de nuestra última reunión constatamos el fuerte dinamismo del Espíritu Santo en favor de la Iglesia, propiciado por la inédita renuncia del Papa Benedicto XVI, quien buscando el bien de la Iglesia, decidió, con plena conciencia y libertad, dejar la responsabilidad del Ministerio Petrino. Así abrió una nueva etapa en la vida de la Iglesia, y Dios confirmó con la sorprendente elección del Papa Francisco, su beneplácito.

El Consejo de Presidencia tuvimos la oportunidad de encontrarnos con el Papa Francisco en Roma y compartir la preocupación y esperanza que tiene en el Celam, como un organismo estratégico para la renovación pastoral de nuestras Iglesias de América. Así lo hemos constatado el pasado domingo en el encuentro que ha sido iniciativa suya. Hemos vivido una inolvidable experiencia inédita en la vida del CELAM. Por primera vez un Papa ha querido encontrarse con nosotros los Obispos responsables del CELAM en una Reunión General de Coordinación.

Nuestra corresponsabilidad con el Papa Francisco.

Ahora nos toca corresponder al llamado que nos ha hecho de poner el mejor de nuestros esfuerzos para que Aparecida sea una realidad en la vida de la Iglesia, y con ello propiciar que el dinamismo del Espíritu Santo se intensifique para que la Iglesia pueda cumplir su misión en el mundo actual.

Los invito a tener en cuenta en nuestros trabajos el mensaje que nos ha transmitido el Santo Padre Francisco para intensificar nuestros esfuerzos y entusiasmar a los Obispos del Continente en la renovación pastoral de la Iglesia atendiendo las orientaciones del Documento de Aparecida.

Estamos en un momento crucial, los desafíos del Cambio de Época que vivimos exigen el replanteamiento de las actitudes, estructuras, y actividades pastorales en fidelidad a Cristo. Para ello, debemos discernir los signos de los tiempos escuchando lo que el Espíritu Santo dice a las Iglesias. Esta es una tarea colegial que beneficiará a nosotros mismos, y especialmente, a los demás Obispos a quienes servimos.

Desde el inicio de nuestra reunión me parece conveniente compartir con Ustedes algunos puntos de reflexión que nos ayuden a descubrir el horizonte pastoral que deseamos en el futuro inmediato en la Iglesia que peregrina en Latinoamérica y El Caribe, siguiendo la brújula de Aparecida. Estos puntos los podemos considerar como desafíos o como potencialidades en desarrollo, según nuestras circunstancias sociales, culturales, y pastorales.

En la vida interna de la Iglesia

1. Recuperar la Autoestima Institucional, es decir creer en nuestras propias Instituciones Eclesiales, confiar en ellas y trabajar con ellas.

2. Renovar la Parroquia mediante la misión territorial en ella, organizarla por sectores y convocar a la formación de pequeñas comunidades en torno a la Palabra de Dios propiciando la conciencia e identidad de los feligreses para convertirse en discípulos y misioneros de Cristo.

3. En el nivel Diocesano articular y coordinar ayudas pastorales a las Parroquias que no pueden por sí solas renovarse, y ofreciendo instancias diocesanas de formación y servicios de capacitación.

4. Promover una visión prospectiva, facilitando la superación de etiquetas y prejuicios del siglo XIX y XX, y actuando más con la vista hacia el futuro que al pasado.

5. Valorar y aprovechar la capacidad de convocatoria de la Iglesia y de su influencia cultural.

6. Transmitir los valores del Evangelio en lenguaje simbólico, visual, estético y testimonial.

En medio del Mundo

7. Salir al encuentro de la sociedad en sus diferentes sectores, promoviendo la vocación y misión de los laicos en la transformación de las estructuras temporales.

8. Fortalecer la Pastoral Social en todos los niveles (Celam, CCEE y Diócesis) y articular los diferentes servicios para entrar en diálogo y participación con los distintos ámbitos de la vida de la sociedad.

9. Cooperar en la promoción de la conciencia global ecológica que está emergiendo y ayudados por este dinamismo trabajar la recuperación de la ética, sustentada en las leyes de la naturaleza.

10. Procurar la colaboración inter institucional para favorecer y ampliar la participación ciudadana en los distintos sectores e Instituciones. 

11. Crecer y consolidar la relación institucional con las diferentes instancias de Gobierno, buscando la dignificación de la vida humana en todos los sectores, especialmente en los pauperizados.

12. Aprender a vivir en la interculturalidad, y desde allí, testimoniar el Amor misericordioso de Dios Padre.

13. Utilizar las estrategias de comunicación con la tecnología actual, especialmente para ingresar propositivamente en las redes sociales.

El encuentro del CELAM con el Santo Padre ha esclarecido y comprometido nuestra responsabilidad. Es necesario ahora compartir la percepción de cada uno de nosotros y desde nuestra personal experiencia consolidar nuestras convicciones para que orienten nuestro trabajo en favor de las Conferencias Episcopales a las que servimos.

Expresemos a nuestros pueblos un testimonio que genere esperanza pastoral y abramos camino al paso de Dios en la historia de la Iglesia Latinoamericana y Caribeña.

Río de Janeiro, Brasil, Julio 30 de 2013.

+ Carlos Aguiar Retes
Arzobispo de Tlalnepantla
Presidente del CELAM