El obispo de Islamabad se dirigió ayer a la comunidad cristiana, que en Paquistán han realizado una jornada de oración por la paz como respuesta a la creciente ola de terrorismo que invistió la nación en las primeras semanas de 2014.
«Fuimos testigos -dijo el prelado- de verdaderos baños de sangre en el pasado, que tocaron también a iglesia y escuelas. Hemos perdido a nuestros queridos y amados en la guerra contra el terror». Y precisa que están «cerca a nuestras Fuerzas Armadas que combaten en primera línea, estamos junto al gobierno» porque opone «una feroz resistencia» a la violencia y al terror.
Lo indica hoy la agencia de noticias FIDES, y precisa que miles de personas en la capital han adherido a la marcha por la paz, durante la cual el prelado recordó al padre Anwar Patras, sacerdote paquistaní desaparecido la semana pasada y enterrado en el distrito de Mianwali. Él sirvió por mucho tiempo en la diócesis de Rawalpindi y Attock, promoviendo iniciativas en el sector de la instrucción y sensibilizando a las personas en la campaña de vacunación contra la poliomielitis.
Desde el inicio del año se verificaron en el país 10 gravísimos atentados realizados por los terroristas islámicos y por los talibanes paquistaníes. La mayor parte de los ciudadanos pide respuestas urgentes, entre las cuales una decidida campaña militar dirigida a erradicar al terrorismo «de raíz». El p. Riaz John, sacerdote en Rawalpindi, confirma que «las personas viven en el miedo» y se respira una profunda «incertidumbre» para el futuro, mientras la gente pide sólo «paz y seguridad». «Rogamos por la paz en la región, agrega- porque queremos un futuro para las nuevas generaciones. Un futuro libre del miedo».
La comunidad cristiana de la provincia de Khyber Pukthunkhawa, festeja los cien años de presencia en las áreas tribales, si bien a distancia de tiempo no gocen todavía del estado de la población local y no son parte de ninguna tribu. Un habitante de la zona de normas Arshad John confirma la «lealtad» a las leyes de «la tribu en la cual vivimos», pero «no somos jamás aceptados» y «ningún cristiano puede ser parte de una jirga (asamblea que reúne a los ancianos). Vivimos como en la misma tierra que hemos protegido por más de 100 años».
A los cristianos no está permitido construir iglesias, pastores y sacerdotes evitan de aventurarse en aquellas zonas por el peligro de ser secuestrados o asesinados. Recientemente un cura fue raptado y liberado, tras pagar una importante suma de dinero». El p. IIyas James de la diócesis de Peshawar, ya teatro en septiembre pasado de un «sanguinario ataque contra una iglesia protestante, juzga «irónico» el hecho que ni siquiera en las áreas tribales la minoría cristiana «sea reconocida como tribu» a despecho de la reconocida «lealtad». La Iglesia, agrega, continúa a rezar «por las poblaciones perseguidas».
Con más de 180 millones de habitantes (del cual el 97% profesa el islam), Paquistán es la sexta nación más poblada en el mundo y es el segundo entre los países musulmanes después de Indonesia. Un 80% son sunnitas, mientras que los chiítas son el 20% del total. Hay también una presencia hindú (1,85%), cristianos (1,6%) y sikh (0,04%). Las violencias contra las minorías étnicas o religiosas se verifican en todo el territorio nacional, pero en los últimos años se registró un verdadero aumento y que tuvo que ver con los musulmanes sunnitas y chiítas.