El Santo Padre, en la audiencia de este miércoles, ha tenido presente a la población de Bosnia Herzegovina y Serbia, duramente golpeadas por las inundaciones, con pérdidas de vidas humanas, numerosos desplazados y cuantiosos daños. Tal y como ha señalado el Papa «lamentablemente la situación se ha agravado, por tanto os invito a uniros a mi oración por las víctimas y por todas las personas que sufren esta calamidad. No falte a estos nuestros hermanos nuestra solidaridad y el apoyo concreto de la comunidad internacional». A continuación, se ha rezado un Ave María. Asimismo, el Santo Padre ha recordado que el 24 de mayo es la memoria litúrgica de la beata Virgen María Ayuda de los Cristianos, venerada con mucha devoción en el santuario de Sheshan en Shangai. Por esto, ha pedido a todo los fieles «rezar para que bajo la protección de la Madre Auxiliadora, los católicos en China continúen a creer, a esperar y a amar y sean, en cualquier circunstancia, fermento de armoniosa convivencia entre sus conciudadanos».
Finalmente, también ha querido recordar que este sábado serán proclamados beatos Mario Vergana, sacerdote del PIME, e Isidoro Ngei Ko Lat, fiel laico y catequista, asesinados en 1950 en Birmania, por odio a la fe cristiana. Su heroica fidelidad a Cristo -ha indicado el Santo Padre- «pueda ser ánimo y ejemplo para los misioneros y especialmente a los catequistas que en las tierras de misión realizan una preciosa e insustituible obra apostólica, por la cual toda la Iglesia está agradecida».
También hoy, Francisco ha recordado que este sábado viajará a Tierra Santa, la tierra de Jesús. «Será un viaje estrictamente religioso, primero para encontrar a mi hermano Bartolomeo I. En la celebración del 50 aniversario del encuentro de Pablo VI con Atenagora I. Pedro y Andrea se encontrarán otra vez y esto es muy bonito. Segundo motivo: rezar por la paz en esa Tierra que sufre tanto. Os pido rezar por este viaje».
El Santo Padre ha llegado a la plaza esta mañana a las 9.45, en una soleada y calurosa mañana de primavera, y ha sido recibido por la alegría y el entusiasmo de los fieles venidos de todas las partes del mundo. Banderas argentinas, brasileñas, españolas… ondeaban en la plaza a la llegada del Papa. Durante el recorrido del papamóvil por los pasillos de San Pedro, el Pontífice ha saludado a los fieles y bendecido a los niños que le acercaban. Incluso en un momento, Francisco ha bajado del jeep para detenerse unos instantes con algunos enfermos y charlar con ellos. Al finalizar el recorrido, y antes de subir al Sagrado, el Papa ha saludado a un grupo de escolares que se encontraban en la las primeras filas.
La catequesis de esta mañana se ha centrado en el ‘don de ciencia’, dentro de la serie de catequesis que el Santo Padre está realizando sobre los dones del Espíritu Santo. En el resumen hecho en español, Francisco ha dicho: «hoy nos centramos en otro don del Espíritu Santo, el don de ciencia. Esta ciencia no se limita al conocimiento humano de la naturaleza, sino que, a través de la creación, nos lleva a percibir la grandeza de Dios y su amor por sus criaturas. Este don del Espíritu Santo nos hace descubrir cómo la belleza e inmensidad del cosmos nos habla del Creador y nos invita a alabarlo. Al comienzo de la Biblia, se subraya que Dios mismo se alegró de su obra: todo era bueno y, el hombre, “muy bueno”. El don de la ciencia nos pone en sintonía con esta mirada de Dios sobre las cosas y sobre las personas. Una mirada bondadosa y respetuosa, que nos advierte del peligro de creernos los dueños absolutos de la creación, disponiendo de ella a nuestro antojo, sin límites. La creación no es propiedad nuestra, y menos aún, sólo de algunos, que es un regalo que Dios nos ha dado para que la cuidemos y la utilicemos con respeto en beneficio de todos. Si no cuidamos la creación, la destruimos. Y si destruimos la creación, la creación nos destruirá a nosotros. Recuerden aquel dicho: Dios perdona siempre, nosotros, los hombres, perdonamos algunas veces, la naturaleza no perdona nunca si la maltratamos».
A continuación ha saludado con afecto «a los peregrinos de lengua española, particularmente a los grupos de sacerdotes del Colegio Mexicano en Roma, de la arquidiócesis de Madrid y de la diócesis de Nezahualcoyotl, así como a los fieles venidos de España, México, Argentina, Panamá, Costa Rica, Paraguay, Perú, Colombia y otros países latinoamericanos. Que sepamos ver cuanto nos rodea como obra de Dios, y a nuestros semejantes como hermanos y hermanas».
Al finalizar los saludos en todas las lenguas, el Papa ha dirigido un pensamiento especial, como cada semana, a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Recordando que ayer hemos celebrado la memoria litúrgica de san Bernardino de Siena, el Papa ha deseado a los jóvenes que el amor por la Eucaristía de este santo les indique «la centralidad de Dios en vuestra vida», a los enfermos les ayude a «afrontar con fe el sufrimiento» y finalmente estimule a los recién casados a «fundar vuestra casa conyugal sobre el carisma de la unidad».