El santo padre Francisco ha recibido «con consternación la noticia de la catástrofe ocurrida al avión de la Malaysian Airlines en la región oriental de Ucrania, marcada por fuertes tensiones». Según informa un comunicado de la Sala de Prensa del Vaticano «el Papa reza por las numerosas víctimas del accidente y por sus familiares, renovando a las partes en conflicto el fuerte llamamiento por la paz y por un compromiso para encontrar soluciones de diálogo, con el fin de evitar más pérdidas de vidas humanas inocentes».
La tragedia sucedió ayer, cuando un avión Boeing 777 de la compañía Malaysia Airlines con 298 personas a bordo fue derribado -por un misil según las primeras investigaciones – en la región ucraniana de Donestsk, cerca de la frontera con Rusia y zona de conflicto entre autoridades centrales de Kiev y los independentistas prorrusos.
El Gobierno de Kiev ha confirmado que los 283 pasajeros y los 15 miembros de la tripulación han fallecido. El vuelo procedía de Ámsterdam y se dirigía a Kuala-Lumpur. La mayoría de los pasajeros volaban con destino a Melbourne, en Australia, para participar en una conferencia sobre el Sida de la ONU.
Al conocerse la noticia del accidente, han surgido acusaciones entre las partes implicadas en el conflicto. Sin embargo, se han mostrado disponibles para declarar una tregua de tres días y facilitar a los equipos internacionales la recuperación los restos mortales de los pasajeros. Mientras tanto, se prepara en Nueva York una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU.