Cinco años después del trágico terremoto que sembró Haití de muerte y destrucción, desde Misiones Salesianas mantienen su compromiso con la isla. Los misioneros salesianos continúan trabajando en la reconstrucción de escuelas, centros de formación e infraestructuras destinadas a los más desfavorecidos, explica la organización en un comunicado. “Sin embargo, Haití no sólo necesita paredes y tejados. Nosotros estamos comprometidos con la educación de los niños, niñas y jóvenes para que Haití de verdad salga fortalecido de ese trágico suceso”, destaca Ana Muñoz, portavoz de Misiones Salesianas.
Desde 2010, los misioneros salesianos no han dejado de realizar su labor gracias al apoyo recibido de millones de personas solidarias de todo el mundo. Hoy, más de 20.000 niños y niñas han vuelto a recibir educación y su comida diaria en las Pequeñas Escuelas del Padre Bohnen; casi 800 niños, niñas y jóvenes van a la escuela Timkatec; 340 jóvenes se forman en las escuelas agrícola y de formación profesional en Cap-Haitien; alrededor de 1.000 niños y niñas pueden estudiar en el centro de Gressier; en Fort Liberté, 170 niños y niñas reciben formación básica y otros 160 se convertirán en enfermeros gracias a la Escuela de Enfermería; y el centro de formación profesional ENAM ha vuelto a abrir sus puertas. Además, los niños de la calle en Puerto Príncipe pueden ser acogidos en un nuevo y reconstruido centro Lakay.
No obstante, todavía hay personas viviendo en los campos de desplazados y miles de niños y jóvenes están sin escolarizar. Por ello, los misioneros salesianos siguen trabajando para construir una escuela preescolar en Gressie y otra de primaria en Les Cayes o para hacer nuevos talleres para los jóvenes de la calle. “A pesar de todo lo que se ha hecho, no podemos bajar la guardia porque Haití sigue necesitando nuestra ayuda”, advierte Muñoz.