El santo padre Francisco ha dado inicio este martes a su séptimo viaje internacional. A las 4.25 hora de Roma, el avión del Papa ha aterrizado en el aeropuerto de Colombo, Sri Lanka, tras un vuelo de casi diez horas. Nada más bajar del avión ha sido recibido por unos niños que le hicieron un presente y le colocaron un collar de flores.
El Santo Padre ha sido acogido por el nuevo presidente de la República, Maithripala Sirisena, acompañado por algunas autoridades del Estado, por el arzobispo de Colombo y presidente de la Conferencia Episcopal del país, cardenal Albert Malcolm Ranjith Patabendige Don, junto con los obispos de Sri Lanka, un grupos de fieles, un coro y numerosos niños.
Mientras caminaba por una alfombra roja que le guió desde el avión hasta una pequeña carpa, un grupo ha animado el momento tocando percusión mientras otros danzaban con trajes tradicionales. Asimismo, un coro de niños ha cantado una canción de bienvenida al Pontífice.
Tras escuchar los himnos nacionales y los honores militares, el presidente Sirisena, ha pronunciado su discurso de bienvenida al Papa.
A continuación, Francisco ha dado el que ha sido su primer discurso del viaje. Hablando en inglés, el Santo Padre ha dado las gracias por el recibimiento. Además ha hablado del proceso de recuperación tras la guerra civil que vive esta nación, pidiendo que se busque siempre la verdad, no para abir heridas, sino para promover la justicia, la recuperación y la unidad. Y en este proceso de recuperación, ha subrayado el papel de los creyentes de las distintas religiones
El Papa ha destacado que esta isla, conocida como la Perla del Océano Índico por su belleza natural, es aún más importante que sea célebre “por la calidez de su gente y la rica diversidad de sus tradiciones culturales y religiosas”.
La visita a Sri Lanka es fundamentalmente pastoral, ha asegurado el Papa. Y como Pastor universal de la Iglesia católica, “he venido para conocer, animar y rezar con los fieles católicos de esta isla”, ha afirmado.
Del mismo modo, el Santo Padre ha recordado que un momento culminante de esta visita será la canonización del beato José Vaz, “cuyo ejemplo de caridad cristiana y respeto a todas las personas, independientemente de su raza o religión, sigue siendo una fuente de inspiración y enseñanza en la actualidad”. Pero, el Obispo de Roma ha indicado que su visita quiere “expresar el amor y preocupación de la Iglesia por todos los ciudadanos de Sri Lanka”, y “confirmar el deseo de la comunidad católica de participar activamente en la vida de esta sociedad”.
En su discurso, el Papa ha hecho mención a los muchos años en los que Sri Lanka conoció los horrores de la contienda civil, y cómo “ahora trata de consolidar la paz y curar las heridas de esos años”. No es tarea fácil –ha asegurado– superar el amargo legado de injusticias, hostilidad y desconfianza que dejó el conflicto. Por eso, el Papa ha afirmado que el proceso de recuperación debe incluir “la búsqueda de la verdad”, no con el fin de abrir viejas heridas, sino más bien como un “medio necesario para promover la justicia, la recuperación y la unidad”.
Al respecto, el Santo Padre se ha mostrado convencido de que “los creyentes de las diversas tradiciones religiosas tienen un papel esencial en el delicado proceso de reconciliación y reconstrucción” que se está llevando a cabo en este país. Y para que el proceso tenga éxito, “todos los miembros de la sociedad deben trabajar juntos”. Todos –ha añadido– han de sentirse libres de expresar sus inquietudes, sus necesidades, sus aspiraciones y sus temores. Pero lo más importante es que “todos deben estar dispuestos a aceptarse mutuamente”, a “respetar las legítimas diferencias” y “a aprender a vivir como una única familia”.
En este sentido, el Santo Padre ha señalado que la gran obra de reconstrucción debe abarcar no sólo la mejora de las infraestructuras y la satisfacción de las necesidades materiales, sino también, la promoción de la dignidad humana, el respeto de los derechos humanos y la plena inclusión de cada miembro de la sociedad. Por eso se ha mostrado esperanzado en que los líderes políticos, religiosos y culturales contribuyan de manera duradera al progreso material y espiritual de este nación. Al cerrar su discurso, Francisco ha deseado que estos sean días de “amistad, diálogo y solidaridad”.
Finalmente y para concluir la ceremonia de bienvenida, se han presentado las respectivas delegaciones y el Papa ha firmado en el Libro de Honor. Francisco y el presidente de la República, junto con el cardenal Malcolm Ranjith y el nuncio apostólico en Sri Lanka, monseñor Pierre Nguyên Van Tot, se han detenido por algunos minutos en el aeropuerto. Inmediatamente después, el Santo Padre se ha trasladado en coche a la nunciatura apostólica de Colombo, donde celebra la Santa Misa en privado.
El siguiente encuentro previsto en esta primera jornada del viaje es con los obispos en el arzobispado de Colombo. Este encuentro ha sido suspendido porque el traslado en papamovil del aeropuerto a la nunciatura se ha prolongado más de lo esperado y por cuestiones de programa se ha decidido cancelar.
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