El papa Francisco ha nombrado al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, enviado pontificio para las próximas celebraciones del 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María, en programa en Dili, capital del pequeño estado asiático de Timor Oriental, dedicadas al V centenario de la evangelización del país.
En una carta al purpurado para esta ocasión, el Santo Padre recuerda el testimonio de los “misioneros emprendedores” dominicos que con “valentía realizaron un largo viaje” superando “innumerables dificultades”, para llevar el Evangelio a la población de la parte oriental de la isla de Timor, colonizada en el siglo XVI por los portugueses, tanto que el país era conocido como Timor portugués. “Es justo y oportuno que este suceso sea recordado adecuadamente”, escribe el Pontífice.
Timor Oriental consiguió la independencia el 28 de noviembre de 1975, declarada unilateralmente por las facciones pro-comunistas. Pero la libertad duró poco porque en diciembre del mismo año, Indonesia invadió el archipiélago a gran escala, con el apoyo de los gobiernos occidentales, declarándola como su provincia número 27, el 17 de julio de 1976, con el nombre de Timor Timur.
La ocupación militar duró 25 años, y provocó nuevas y sanguinarias luchas por la libertad. En particular, se recuerda la dura represión de Yakarta que eliminó a gran parte de la población, también católica, a pesar de las fuertes condenas de la ONU y de la comunidad internacional.
El 30 de agosto de 1999, los habitantes de Timor Oriental optaron por la independencia en un referéndum patrocinado por las Naciones Unidas, aprobado por la amplia mayoría de la población. Así nació la República Democrática de Timor Oriental, y el país se convirtió el 20 de mayo de 2002 en la primera nación en conseguir la independencia en el siglo XXI. Actualmente, Timor Oriental es uno de los dos únicos países asiáticos cuya religión mayoritaria es el catolicismo. El otro es el archipiélago de Filipinas.