Al menos 100 personas murieron la semana pasada en un ataque de Boko Haram en la remota aldea de Kukuwa Gari, en el noreste de Nigeria. Los habitantes que lograron huir a Damaturu, la capital del estado de Yobe, relataron que la mayoría de los fallecidos, en gran parte mujeres y niños, murieron tiroteados o ahogados en un río cercano cuando trataban de huir de los insurgentes.
Estos “llegaron en gran número y comenzaron a disparar de manera esporádica, por lo que la gente se asustó y huyó de la aldea. Muchos murieron tratando de cruzar el río, que bajaba crecido por las lluvias”, explicó Ahmad Umar, un testigo de los hechos.
Los supervivientes del ataque sitúan el número de fallecidos en más de cien, basándose en una estimación de la gente que logró cruzar a la otra orilla, aunque será difícil establecer una cifra exacta porque muchos de los cuerpos fueron arrastrados por la corriente.
“No tuvimos otra opción que intentar nadar al otro lado, a pesar de que era muy peligroso, porque la alternativa era que Boko Haram nos matara con sus armas”, declaró Mouktar Ibrahim, otro habitante de Kukuwa Gari.
La noticia del ataque tardó en salir a la luz porque los yihadistas destruyeron las antenas de transmisión del medio más importante y de los operadores de telefonía móvil, informó el diario local The Vanguard. Las autoridades de Yobe, que confirmaron la ofensiva, no pudieron dar cifras oficiales.
En lo que va de año, Boko Haram ha perpetrado decenas de ataques y atentados suicidas que han causado la muerte de más de dos mil personas, la mayoría en el noreste del país, la zona más afectada por las acciones de los extremistas suníes.
El pasado 30 de julio, tenía que ponerse en marcha una fuerza regional conjunta de los cuatro países de la región del lago Chad, más Benín, con un total de 8.700 efectivos, pero las diferencias entre los líderes sobre su funcionamiento interno han impedido que se cumplan los plazos establecidos.
Desde el pasado mes de febrero, una fuerza multinacional informal combate a Boko Haram en el noreste de Nigeria y las zonas fronterizas con Chad, Camerún y Níger, una ofensiva que durante meses logró importantes avances contra el grupo islamista, pero que ahora parece estancada.
Los milicianos han matado a alrededor de 17 mil personas en el noreste de Nigeria desde 2009. También perpetran ataques en los vecinos Chad, Níger y Camerún.