Cardinal Fernando Filoni (20 February 2012)

Carde nal Fernando Filoni © ANSA

'Aumenta el número de los que no conocen a Cristo'

En la ponencia del cardenal Filoni, en la apertura de la XIX Asamblea Plenaria de la Congregación, analiza los nuevos desafíos y prioridades en la evangelización y la misión 

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“Los que no conocen a Cristo están aumentando en número. De los 7 mil millones de personas, los católicos son 1 billón y 254 millones, es decir el 17,7% de la población mundial. Pero por otra parte, el número de bautizados está aumentando, por lo general, en muchas partes de los territorios de misión”. Son datos que se ofrecieron en la ponencia del cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (CEP), que leyeron en la apertura de la XIX Asamblea Plenaria de la Congregación, que se está celebrando en el Auditorio Juan Pablo II de la Universidad Pontificia Urbaniana desde hoy 30 de noviembre hasta el 3 de diciembre.

Asimismo se indicó que “el mayor incremento se registra en África”. Y se precisó que “en 2005 había 153 millones y en 2013 aumentaron hasta 206 millones, un aumento del 34 por ciento, mientras que en América el aumento fue del 10,5 por ciento, y en Asia del +17,4 por ciento”.

La Asamblea del lunes estuvo presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, debido a que el cardenal Filoni se encontraba de regreso de África, porque acompañó al Santo Padre en su viaje apostólico. De este modo, la ponencia del cardenal prefecto fue leída por el secretario de la Congregación, monseñor Savio Hon Tai-Fai.

De este modo, se ofreció un amplio panorama de los últimos seis años –desde la anterior sesión plenaria– sobre las actividades realizadas por la Congregación y sobre la vida de las Iglesias en los territorios de misión. A propósito se destacó el crecimiento de las circunscripciones eclesiásticas confiadas al dicasterio: de 1.094 en 2009 a las actuales 1.111. Y se explicó que “para lograr los objetivos que le han sido asignados, la Congregación hace uso de las Obras Misionales Pontificias (Propagación de la Fe, San Pedro Apóstol, Santa Infancia, Unión Misionera)”, haciendo hincapié en que “la validez actual de las OMP se debe al hecho de que funcionan como una gran red a nivel internacional, nacional (son obras bajo la responsabilidad de las Conferencias Episcopales), diocesano y parroquial”.

Tras resaltar algunas “luces y sombras” de cada uno de los continentes, se subrayaron las principales prioridades.

En primer lugar “la primera evangelización en zonas de misión y la animación misionera en las Iglesias de antigua constitución”, que constituyen un binomio “inseparable y vital”. En este aspecto genera preocupación la propagación de una mentalidad consumista, que “frena el entusiasmo, duerme la conciencia, apaga las vocaciones”.

Otro aspecto que se destacó fue el compromiso en la formación. “Hoy en día en las Iglesias jóvenes hay 344 seminarios mayores con un total de 26,836 seminaristas mayores; y 402 seminarios menores con un total de 48,727 seminaristas menores, acompañados por 2.122 formadores. La CEP está comprometida en garantizar, a través de un compromiso financiero importante, la preparación de los rectores, directores espirituales, formadores y profesores”.

A propósito de la inculturación de la fe y al diálogo interreligioso, “la Congregación para la Evangelización de los Pueblos está convencida del valor de encarnar la fe en las culturas y del diálogo entre las diferentes religiones, pero está igualmente convencida de que se debe vigilar para evitar que se falsifique o se edulcore la imagen de la persona de Jesús y su mensaje”.

Otro de los temas sobre los que se llamó la atención fueron las diferencias entre las comunidades y las tribus, que en lugar de ser vistas como posibilidades para el enriquecimiento, se interpretan como un motivo de conflicto.

Por último, señaló otro de los retos principales, la proliferación de las sectas que “están tomando pie en todos los continentes, llegando a las ciudades, pero también a las aldeas remotas, destruyendo lo que, con mucho esfuerzo y celo pastoral, fue sembrado por los misioneros y más tarde por las Iglesias jóvenes”.

 
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ZENIT Staff

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