La imagen de Nuestra Señora de las Gracias al costado del altar

La imagen de Nuestra Señora de las Gracias al costado del altar

Francisco en la primera misa de 2017: 'María es nuestra madre, no somos huérfanos'

Iniciar el año haciendo memoria del rostro materno de María, aseguró Francisco, nos protege del corazón narcisista que piensa solamente en sus intereses

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(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Con paramentos color blanco y celeste en honor de la Virgen María, el papa Francisco presidió la misa del primer día del 2017, festividad de María Santísima Madre de Dios.
En el lado izquierdo del altar principal, estaba el cuadro de Nuestra Señora de las Gracias, traída el miércoles desde la iglesia de Sant’Andrea delle Fratte, para esta ocasión. La celebración eucarística contó con los cantos del coro de la Capilla Sixtina, que entonó al inicio el Kyrie y el Gloria  acompañado por el órgano. La basílica contaba con muchos adornos florales, entre los cuales se distinguía el puesto a los pies del cuadro de María, y se sentía el perfume del incienso.
La homilía del Santo Padre fue completamente dedicada a María, de quien “ desde sus entrañas aprendió a escuchar el latir del corazón de su Hijo ” y “regaló a Jesús la hermosa experiencia de saberse Hijo”. Una mujer, dijo, que “supo custodiar los albores de la primera comunidad cristiana” y en las situaciones más diversas “sembrar esperanza”, como nos recuerdan “tantas devociones, tantos santuarios y capillas en los lugares más recónditos, tantas imágenes esparcidas por las casas”.
“Celebrar la maternidad de María como Madre de Dios y madre nuestra, al comenzar un nuevo año, significa recordar una certeza que acompañará nuestros días: somos un pueblo con Madre, no somos huérfanos” y nos protege de la orfandad espirituales y del corazón narcisista que piensa solamente en sus intereses.
María nos ha dado el calor materno que nos envuelve hijos en medio de las dificultades, aseguró el Papa, porque donde hay una madre hay ternura. Además María con su maternidad nos muestra que la humildad y ternura “no son virtudes de los débiles sino de los fuertes” y “que no es necesario maltratar a los otros para sentirse fuerte”.
“Somos un pueblo con una madre, no somos huérfanos” señaló Francisco, precisando que “las madres son el antídoto” más fuerte que existe contra nuestras tendencias egoístas, y que una sociedad sin madre es fría, ha perdido el corazón y el calor de familia, en donde hay lugar solamente para el cálculo y las especulaciones.
El Santo Padre recordó también que en su vida ha aprendido mucho de esas madres que se ocuparon de sus hijos presos, o postrados en la cama de un hospital, o sometidos por la esclavitud de la droga, en los campos de refugiados, o incluso en medio de la guerra, que «no se dan por vencidas y siguen peleando para darles a ellos lo mejor».
Esta actitud que es un «cáncer espiritual», precisó el Papa, corroe y degrada el alma. Y así nos vamos degradando «no pertenecemos a nadie: degrado la tierra, porque no me pertenece, degrado a los otros, porque no me pertenecen, degrado a Dios porque no le pertenezco, y finalmente termina degradándonos a nosotros mismos porque nos olvidamos quiénes somos».
Señaló así la disminución de los contactos físicos y no virtuales, del canto, del juego, del reírse, de la gratuidad. Porque solamente en una comunidad o en una familia las personas pueden crecer sin una visión de consumir y ser consumidos.
La fiesta de de María nos indica, aseguró el Pontífice, que no somos productos de comercio, sino hijos, familia, pueblo de Dios. Y a cuidar espacios comunes que nos haga sentir en casa en nuestra ciudad.
El Papa concluyó recordando que en la Cruz Jesús no quiso nada para sí, y al entregar su vida nos entregó también a su Madre que queremos recibirla en nuestros hogares, familias, comunidades e invitó a decir de pié como los fieles de Efeso, tres veces ‘Santa Madre de Dios’
(Leer el texto completo de la homilía)

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Sergio Mora

Buenos Aires, Argentina Estudios de periodismo en el Istituto Superiore di Comunicazione de Roma y examen superior de italiano para extranjeros en el Instituto Dante Alighieri de Roma. Periodista profesional de la Associazione Stampa Estera en Italia, y publicista de la Orden de periodistas de Italia. Fue corresponsal adjunto del diario español El País de 2000 a 2004, colaborador de los programas en español de la BBC y de Radio Vaticano. Fue director del mensual Expreso Latino, realizó 41 programas en Sky con Babel TV. Actualmente además de ser redactor de ZENIT colabora con diversos medios latinoamericanos.

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