P. Eduardo Toraño especializado en angeología y demonología Foto: Religión Confidencial

Exorcista habla sobre Demonio, fin de los tiempos y las puertas que se abren con reiki, ouija y otros

El exorcista señala que una de las puertas más comunes para consentir que el mal actúe sería a través del ocultismo

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Pablo Hertfelder Garcia-Conde 

(ZENIT Noticias / Barcelona, 25.09.2023).- En estos últimos tiempos son muchas las especulaciones que se escuchan por parte de diferentes agentes sociales o religiosos sobre el “final de los tiempos” y una especial presencia del mal en el mundo que muchos alertan podría ser producida por el demonio que está actuando con más firmeza que en otros tiempos. 

 El P. Eduardo Toraño es exorcista en España. Está especializado en angeología y demonología. En declaraciones para ZENIT, ha querido dejar clara su postura frente a las habladurías de aquellos sectores sociales y eclesiales que dicen que el “demonio se está preparando para el final de los tiempos” y ha señalado “el demonio actúa desde los orígenes de la humanidad. No podemos afirmar que hoy actúe más que en otros tiempos. Pero sí es verdad que, debido a la proliferación del ocultismo y satanismo estos fenómenos se hacen más manifiestos”.

 El exorcista señala que una de las puertas más comunes para consentir que el mal actúe sería a través del ocultismo (el reiki, la Ouija, etc.) y ha explicado: “se abren puertas al demonio cuando se acude a terapias alternativas como el reiki, donde personas de buena fe encuentran algún alivio a su dolor, pero luego terminan teniendo otros problemas de salud y también a nivel laboral, familiar, social. A veces en esas prácticas se manifiesta con frecuencia la obra del maligno dividiendo familias, trayendo sucesivas desgracias o enfermedades que son inexplicables”. 

 El P. Toraño expone que en el seno de la Iglesia hay dos vertientes, una que está estigmatizada con hablar sobre el demonio y otra que en todo dicen ver al demonio, olvidándose que el hombre también comete errores sin necesidad de estar influenciado o poseído: “hay dos extremos que se dan en la Iglesia: los que niegan la existencia del demonio y, en el otro extremo, los que están obsesionados con el demonio. En los primeros vemos una postura de tendencia racionalista que lleva a pensar el mal en abstracto, rechazando la existencia de un ser personal maligno, que se opuso a Dios y cuyo pecado es irrevocable porque fijó para siempre su posición frente a Dios, poniéndose en su lugar. De hecho, el demonio repite muchas veces en los exorcismos: “Yo soy Dios”, expresión que se escucha en numerosos exorcismos realizados”.

 Toraño expone que fuera de estos extremismos se encontraría lo normal: seguir los pasos de Cristo a través del Evangelio y no darle más relevancia al demonio de la que tiene, pues insiste, el fin del católico no es hablar del demonio, sino de Dios 

 “Lo más común es que se crea en la existencia del demonio, pero se evite hablar de él. Esto puede darse por diversas razones. Una de ellas es por no querer dar más importancia al demonio que a Dios, pues, a fin de cuentas, la llamada que la Iglesia ha recibido, y que pertenece a su misma naturaleza, es predicar el evangelio y anunciar a Jesucristo con la fuerza del Espíritu Santo, como hicieron los apóstoles y la Iglesia primitiva. El fin no es hablar del demonio, sino de Dios”, dice el P. Toraño.

 Respecto a todos aquellos que hablan de un futuro próximo del final de los tiempos, el experto en exorcismos señala que no sería correcto pensar esto, dado que está recogido en las escrituras que no se sabrá ni el día ni la hora en que se verá al hijo del hombre descender de los cielos para su regreso y alerta que hay movimientos que están sembrando el terror y temor sobre este tema, cuando para nada debe ser así. 

 “El Señor nos invita a estar siempre preparados, en actitud de vigilancia y espera porque Él puede llegar en cualquier momento. Está la posibilidad de la muerte de cada uno y también que llegue la parusía, el final de los tiempos. Si estamos cerca de los últimos tiempos no lo sabemos. Dios quiere que vivamos en el momento presente y buscando la santidad en cada momento, con confianza y esperanza en Él. El fin de los tiempos puede llegar en cualquier momento, pero no lo podemos saber con certeza. Las profecías apocalípticas se han dado a lo largo de la historia y hasta ahora no ha llegado, pero llegará. Hay movimientos y actitudes extremas que promueven un mensaje sobre el final de los tiempos que lleva a las personas al temor ante las calamidades y catástrofes que se anuncian y los hay que incluso se proveen de bienes y se buscan lugares de refugio para cuando llegue. No parece que Dios quiera que estemos con miedo y obsesión por el fin de los tiempos, sino que vivamos confiados en su providencia, dejándonos conducir por Él, cumpliendo en todo momento su voluntad”, explica a ZENIT el P Toraño. 

 Necesidad de sacerdotes mejor preparados y laicos mejor informados y formados

El P Toraño refiere que es importante estar formados en este campo. Se refiere a los sacerdotes y religiosos. El exorcista señala que hace falta una preparación con rigor y excelencia en este tiempo, lamentando que al día de hoy, no todos los seminarios imparten con seriedad estos temas: “falta formación seria y profunda sobre estas cuestiones, lo cual es algo que tendría que entrar en los contenidos de la formación teológica, y también en la formación de los laicos y, especialmente, de los que se preparan en los seminarios o centros de formación para el sacerdocio y la vida consagrada”. 

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Redacción Zenit

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