(ZENIT – 27 julio 2018).- Respondiendo a los medios de comunicación nacionales que denuncian acusaciones de conducta sexual inapropriada por parte del Cardenal Theodore McCarrick con varios adultos y sus violaciones criminales del abuso sexual de menores, el Cardenal Seán O’Malley, Arzobispo de Boston y presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, ha condenado tal comportamiento como «moralmente inaceptable» y enfatizó que es «urgente» que la Iglesia aborde estos asuntos y proteja a las víctimas.
En una declaración, el 24 de julio de 2018, el Cardenal O’Malley reconoció que estas acusaciones son comprensiblemente una fuente de gran desilusión e ira para muchos, diciendo que está «profundamente preocupado por estos informes que han traumatizado a muchos católicos y miembros de la comunidad en general».
El Cardenal O’Malley enfatizó su «convicción» de que las siguientes tres acciones específicas son requeridas en este momento:
- Primero, una adjudicación justa y rápida para evaluar la credibilidad de estas acusaciones
- Segundo, una evaluación de la adecuación de nuestros normas en la Iglesia en todos los niveles, y especialmente en el caso de los obispos.
- Tercero, comunicar con mayor claridad a los fieles católicos y a todas las víctimas el proceso para denunciar las acusaciones contra obispos y cardenales.
«No tomar estas medidas amenazará y pondrá en peligro la ya debilitada autoridad moral de la Iglesia y puede destruir la confianza requerida para que la Iglesia atienda a los católicos y tenga un papel significativo en la sociedad civil en general».
«En este momento no hay mayor imperativo para la Iglesia que asumir la responsabilidad de abordar estos asuntos, que traeré a mis próximas reuniones con la Santa Sede con gran urgencia y preocupación».
Más que disculpas
Estos casos y otros –subrayó el Cardenal O’Malley– requieren más que disculpas. Estos casos ilustran que cuando se presentan cargos contra un obispo o un cardenal, aún existe una brecha importante en las políticas de la Iglesia sobre conducta sexual y abuso sexual. «Si bien la Iglesia en los Estados Unidos ha adoptado una norma de tolerancia con respecto al abuso sexual de menores por parte de los sacerdotes, debemos tener procedimientos más claros para los casos que involucren a los obispos».
«Se necesitan protocolos transparentes y coherentes para proporcionar justicia a las víctimas y responder adecuadamente a la legítima indignación de la comunidad», dijo el presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, y agregó: «La Iglesia necesita una política sólida e integral». abordar las violaciones de los obispos a los votos de celibato en los casos de abuso criminal de menores y en casos que involucran a adultos».
Al enfatizar que su experiencia en varias diócesis y su trabajo con los miembros de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores le llevaron a esta conclusión, dijo: «La Iglesia necesita tomar medidas rápidas y decisivas con respecto a estos asuntos de importancia crítica».
«En todos los casos de reclamos hechos por víctimas de abuso sexual, ya sean violaciones criminales o abuso de poder, la principal preocupación debe ser por la víctima, su familia y sus seres queridos. Las víctimas deben ser encomendados para sacar a la luz su trágica experiencia y deben ser tratadas con respeto y dignidad».
Traducción de Richard Maher