CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 16 febrero 2004 (ZENIT.org).- En un contexto de diálogo ecuménico y acogiendo la invitación de la Conferencia de los obispos católicos de la Federación Rusa, el cardenal Walter Kasper –presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos— viajará el martes a Moscú acompañado del obispo Brian Farrel, LC, y del padre Jozef M. Maj, respectivamente secretario y oficial de la sección oriental del dicasterio.
«Este encuentro con el purpurado es de grandísima importancia para los obispos rusos, pero también para los sacerdotes, para los religiosos y para nuestros fieles; es un signo de esperanza para todos nosotros», reconoció este lunes monseñor Tadeusz Kondrusiewicz –arzobispo metropolitano de la diócesis de la Madre de Dios de Moscú y presidente del episcopado católico ruso— ante los micrófonos de «Radio Vaticana».
En el transcurso de esta visita, «movida también por los sentimientos de estima hacia la Iglesia ortodoxa rusa» –anunciaba el pasado 22 de enero una nota del director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede–, el cardenal Walter Kasper sería recibido en audiencia por Su Santidad Alejo II, patriarca de Moscú y de todas las Rusias.
En el viaje, que ha sufrido un día de retraso, está planificado un encuentro con el Metropolitano de Smolensk y Kaliningrad, Kirill –presidente del Departamento para las relaciones eclesiásticas externas del Patriarcado ortodoxo de Moscú— en relación con el diálogo ecuménico entre las dos Iglesias.
En cuanto a las expectativas de la visita desde el punto de vista ecuménico, «todo camino, por largo que sea, comienza por un primer y pequeño paso –constató monseñor Kondrusiewicz–. Nosotros oramos justamente por esto: ayer hemos orado en la catedral y oramos cada día para dar un impulso al desarrollo de estas relaciones».
El prelado describió el clima que se vive en estos momentos en Moscú entre católicos y ortodoxos remitiéndose a la Semana de oración por la Unidad de los cristianos celebrada el mes pasado.
En aquella semana, «nuestros hermanos ortodoxos estuvieron en nuestras catedrales –recordó monseñor Kondrusiewicz–; también en San Petersburgo se organizó una bella oración en la que participaron representantes de las demás Iglesias o comunidades cristianas, además de los ortodoxos: esto es importante».
Además, «por las celebraciones del XXV aniversario del pontificado de Juan Pablo II, en nuestra catedral de Moscú estuvo presente una delegación del Patriarcado de Moscú con bellas palabras de aprecio del servicio prestado por el Santo Padre. ¡Estos son signos muy importantes!», concluyó.