El purpurado francés recibió el reconocimiento junto al gran mufti de Bosnia-Herzegovina, Mustafá Cedric, el 24 de marzo pasado.
El Premio por las ciencias sociales y humanas de la UNESCO fue instituido en 1991 para «honrar a personas en vida, instituciones públicas o privadas, que han ofrecido una contribución significativa a la promoción, búsqueda y mantenimiento de la paz, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y la Constitución de la UNESCO».
Al anunciar la elección, Henry Kissinger, quien forma parte del jurado, ha afirmado: «Se han escogido a estas dos personalidades religiosas como reconocimiento de su acción a favor del diálogo entre las religiones, de la tolerancia, y de la paz. El jurado considera que la reconciliación entre las perspectivas religiosas será uno de los grandes desafíos de nuestros tiempos».
«La reconciliación entre musulmanes y cristianos es fundamental si se quiere evitar un baño de sangre. Hemos pensado en la importancia de esta reconciliación religiosa para la humanidad en su conjunto», ha añadido el Premio Nobel de la Paz, según señala un comunicado de prensa.
El secretario ejecutivo del Premio, Alioune Traore, explicó que el jurado ha querido «dar una señal fuerte a la comunidad internacional de diálogo interreligioso, fundamento esencial de la paz y de la comprensión entre los pueblos y las naciones».
El cardenal Etchegeray fue nombrado presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz por Juan Pablo II en 1984, cuando era arzobispo de Marsella. En estos veinte años fue conocido por las misiones de reconciliación en nombre del Papa que ha realizado en Irak, Irán, Mozambique, Angola, Etiopía, Sudán, Cuba, entre otros países.
El premio de la UNESCO lleva el nombre del primer presidente de Costa de Marfil, Felix Houphouet-Boigny.