NUEVA YORK, lunes, 29 marzo 2004 (ZENIT.org).- Paciencia y prudencia son las dos virtudes que necesita en estos momentos la ayuda para la reconstrucción de Irak, según un representante de una agencia de asistencia la Santa Sede para Oriente Medio.
«Necesitamos ser pacientes y ejercer la prudencia en nuestra ayuda a Irak», afirmó Raed Bahou, director regional para Jordania e Irak de la Asociación Católica para el Catholic Near East Welfare Association (CNEWA), durante las reuniones de programación que la agencia mantuvo la semana pasada en su centro administrativo de Nueva York.
«Lo que allí se necesita es un programa de desarrollo a largo plazo, no una receta rápida», afirmó el señor Bahou, según un comunicado emitido por la institución el 24 de marzo.
«En Irak se puede encontrar ahora de todo –medicinas, comida e incluso ambulancias– a condición de que tengas dinero», reconoció. «Es una oportunidad para nosotros, pues las bandas armadas interceptan los convoyes de ayuda que viajan desde Jordania, robando sus contenidos y vehículos, e incluso asesinando a los conductores».
Por estos motivos, en otoño pasado CNEWA suspendió los convoyes quincenales de ayuda de emergencia que enviaba desde Jordania a Irak y que habían comenzado tras el final de la guerra.
En estos momentos, reveló, «estamos ayudando a la ampliación del Hospital de San Rafael en Bagdad, con dinero para una nueva ala que costará 1.2 millones de dólares estadounidenses y que servirá de clínica para acoger a pacientes externos entre los pobres de la capital iraquí».
La CNEWA subvenciona también el Hospital Italiano en Ammán, la capital de Jordania, en cuyas 86 camas se reciben a refugiados iraquíes.
La Asociación también ofrece ayuda a Al Hayat, una maternidad con 25 camas en Bagdad, asistida por Hermanas Dominicas de Santa Catalina de Siena, y está estudiando la posibilidad de construir una clínica prenatal y postnatal en la ciudad de Mosul, en el norte de Irak que también dirigirán las religiosas.
«La CNEWA está en Irak para largo, aunque la atención del mundo se dirija a otra parte», señaló.
La misión confiada por el Papa a la CNEWA consiste en apoyar la misión pastoral de las instituciones católicas en Oriente Medio; ofrecer ayuda humanitaria a los necesitados, sin distinción de nacionalidad o religión; promover la unión de las Iglesias ortodoxas con la Sede Apostólica; e informar y educar a la gente, en especial en Occidente, sobre las Iglesias y pueblos de Oriente Medio.
Más información en http://www.cnewa.org
