CIUDAD DEL VATICANO, 8 nov (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha vuelto a dejar oír su voz sobre el actual conflicto que tiene lugar en Oriente Medio y afirmar que «los pueblos israelí y palestino están llamados por la historia y la geografía a vivir juntos».
La Sala de Prensa de la Santa Sede publicó esta mañana un mensaje dirigido por el Santo Padre a los obispos católicos de Tierra Santa, en el que confiesa la preocupación con que está siguiendo los dramáticos acontecimientos que tienen lugar en esa región.
Ahora bien, el Papa afirma que sigue creyendo en la paz: «El paso brutal de la negociación al enfrentamiento representa sin duda alguna un fracaso para la paz, pero ninguno debe resignarse al fatalismo».
La paz, según el pontífice, no será duradera «si no se garantizan a todos los derechos fundamentales: el pueblo israelí al igual que el pueblo palestino tienen el derecho de vivir en su casa, en la dignidad y la seguridad».
«Solo el regreso a la mesa de negociaciones sobre la base de la igualdad –añade–, en el respeto del derecho internacional, es capaz de abrir un porvenir de fraternidad y de paz a quienes viven en esta tierra bendita».
Por eso, el pontífice anima a los obispos católicos de Tierra Santa y a a todos los responsables de las comunidades cristianas «a renovar vuestros esfuerzos para que el respeto mutuo, en la humildad y la confianza, inspire vuestras relaciones».
Su llamamiento se dirige también a los creyentes en el Judaísmo y el Islam «para que encuentren en su fe todas las energías necesarias para que la paz interior y exterior a la que aspiran los pueblos se haga realidad».
Por último, invita a la comunidad internacional «a proseguir sus esfuerzos, para que se ayuden los unos a los otros a encontrar soluciones que garanticen la seguridad deseada y la justa tranquilidad, prerrogativas de toda nación y condiciones de vida y de progreso para toda sociedad».