CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 19 diciembre 2004 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención de Juan Pablo II este domingo a mediodía antes de rezar la oración mariana del Ángelus junto a varios miles de peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.
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1. La fiesta de Navidad, quizá la más querida por la tradición popular, está llena de símbolos, ligados a las diferentes culturas. Entre todos, el más importante es ciertamente el portal de belén, como tuve la oportunidad de subrayar el domingo pasado.
2. Junto al portal de belén, como sucede en esta plaza de San Pedro, encontramos el tradicional «árbol de Navidad». Una costumbre asimismo antigua que exalta el valor de la vida pues, en invierno el abeto siempre verde se convierte en signo da la vida que no muere. Generalmente, en el árbol decorado y a sus pies se colocan los regalos de Navidad. El símbolo se hace elocuente también desde el punto de vista típicamente cristiano: recuerda al «árbol de la vida» (Cf. Génesis 2, 9), representación de Cristo, supremo don de Dios a la humanidad.
3. El mensaje del árbol de Navidad es, por tanto, que la vida es «siempre verde» si se hace don: no tanto de cosas materiales, sino de sí mismo: en la amistad y en el afecto sincero, en la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca.
¡Que María nos ayude a vivir la Navidad como una oportunidad para experimentar la alegría de entregarnos a los hermanos, especialmente a los más necesitados!
[Después de rezar el Ángelus, el Papa dirigió un saludo a los peregrinos presentes. Hablando en ruso, dijo:]
Queridos niños de Beslán, os saludo con motivo de la Navidad de Cristo.
[En italiano].
Con gran afecto acojo a los niños y muchachos de Beslán (Osetia), huéspedes junto a algunos familiares de los Carmelitas Descalzos de Trento. Queridos, que la bondad que estáis recibiendo de tantos amigos os ayude a superar las heridas de la terrible experiencia pasada.
[En ruso]
¡Feliz Navidad!
[En italiano]
Saludo a los peregrinos presentes, en particular a los fieles de las parroquias de Tarcisio y de santa Francesca Cabrini de Roma, y a los procedentes de Taranto y Castellaneta. Mi pensamiento se dirige también a la asociación «Por una esperanza más» de Verona.
¡Feliz domingo y feliz Navidad!
[Traducción realizada por Zenit]