Entrevistados por separado, los obispos Felipe Arizmendi, de San Cristóbal de las Casas, Abelardo Alvarado, auxiliar de México y Ramón Godínez, de Aguascalientes, manifestaron dolor y preocupación por el estado de salud del Papa, pero mantuvieron la opinión de que no es necesario entrar en una situación de emergencia.
Mientras monseñor Abelardo Alvarado indicaba que la forma de gobierno de la Iglesia «es una estructura que permite que las actividades continúen con normalidad», el obispo de San Cristóbal de las Casas pidió al pueblo mexicano –que tanto ama al Papa– orar por él, tomando con serenidad la noticia de su hospitalización.
Por su parte, monseñor Ramón Godínez señaló que «es claro» que el Papa se acerca al final de su vida, por lo que existe «preocupación y dolor» porque en México se ama al Papa como en muy pocas partes del mundo.
Entrevistados por la televisión a la salida de las misas de la noche de ayer, los fieles que asisten a la Basílica de Guadalupe en la ciudad de México, expresaron –con lágrimas en los ojos– su enorme afecto por Juan Pablo II, que ha visitado cinco veces al país al que se refiere con la expresión «México, siempre fiel».
En Washington, por su parte, el obispo de Spokane y presidente de la Conferencia del Episcopado de los Estados Unidos, William S. Skylstad, pidió a los fieles sus oraciones por la salud de Juan Pablo ll tras conocerse ayer por la tarde la noticia de su hospitalización en Roma.
«Pido a los católicos y a otras confesiones –dijo el obispo Skylstad– que se unan a los obispos de Estados Unidos en oración por el confort y la salud del Santo Padre. Él es una amada figura que quiere entrañablemente la Iglesia de Estados Unidos y aprecia nuestras preocupaciones».