Un sacerdote canadiense fue asesinado el jueves en la capital de Haití, Puerto Príncipe, el mismo día en que las autoridades haitianas destacaron los recientes logros en su lucha contra la delincuencia y el crimen en el país.
El sacerdote, miembro de la Sociedad de María, marianistas, fue identificado como Richard E. Joyal, de 62 años, quien cayó abatido en una calle del distrito de Delmas, al norte de Puerto Príncipe, poco después de haber realizado una transacción en un banco de la zona.
El inspector de policía Aladin Jean-Louis dijo que el religioso salió de la entidad con mil dólares canadienses, cuando dos hombres que viajaban en una motocicleta se le acercaron, le arrancaron un paquete y le dispararon tres veces por la espalda.
Jean-Louis agregó que los supuestos ladrones no se llevaron el dinero, que apareció en la billetera del sacerdote asesinado, junto con una licencia de conducir de Quebec, Canadá, y otra identificación que lo acreditaba como sacerdote a cargo de la administración de la congregación en Delmas.
El crimen se produjo en momentos en que el director general de la Policía Nacional de Haití, Godson Aurélus, y el delegado del gobierno (fiscal general) en Puerto Príncipe, Lucmane Delille, anunciaban que más de 314 presuntos delincuentes fueron detenidos en el área metropolitana en los últimos seis meses.
Ayer, la policía de Haití anunció haber realizado un arresto en relación con el asalto al misionero canadiense. El portavoz policial Frantz Lerebours dijo a los medios de comunicación el lunes por la noche que no podía dar más detalles de la detención.
El misionero, nacido en Winnipeg, había vivido en la ciudad de Quebec los últimos dos años. Estaba realizando una misión temporal en Haití y tenía previsto regresar esta semana.
El padre Marc Turcotte, sacerdote marianista, dijo que su hermano de congregación estaba en Haití para ayudar a buscar puestos escolares para unos estudiantes después del terremoto de enero de 2010. “Es una terrible noticia, es tremendo –dijo a la prensa canadiense–. No lo entiendo”.
La congregación estaba en proceso de cerrar su misión en el país caribeño, que había sido iniciada a principios de 2000. “Estábamos tratando de encontrar plazas para un número de jóvenes, siete u ocho, donde pudieran continuar sus estudios –declaró Turcotte el jueves–. El estaba allí en Haití para ocuparse de esto”.
El padre Irenee Breton, otro sacerdote marianista, dijo que se había tomado la decisión de cerrar la misión. “Él [Joyal] debía regresar aquí el 3 de mayo”, dijo. Un sacerdote que le conocía informó de que era originario de St. Boniface, Manitoba. La congregación cuenta con un total de 1.200 marianistas en 38 países.
La policía de Haití tiene una fuerza de diez mil miembros para diez millones de habitantes y las tasas de homicidio eran hasta 2010 más bajas que en otros países del hemisferio. Sin embargo, el índice de delitos se ha incrementado a raíz del terremoto, según informes de la división de policía de Naciones Unidas. En 2010, la agencia de la ONU recibió informes de 680 homicidios, un número que se situó en 908 al año siguiente. El año pasado se reportaron 1.061 homicidios.