Stefan Walter Hell © Universidad de Michigan

Matt Rota for The Washington Post.

6 modos como el demonio debilita psicológicamente a las personas y 9 maneras de combatirlo, según un exorcista estadounidense

El padre Stephen refiere cómo muchas veces Satanás está detrás de problemas psíquicos y como su acción debilita no sólo la salud física de las personas sino también su capacidad espiritual.

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Por: Tim Daniel

 

(ZENIT Noticias / Washington, 20.01.2022).- El padre Stephen Rosseti fue 12 años exorcista de la arquidiócesis de Washington. Lleva tres décadas trabajando en el tratamiento psicológico y en la renovación espiritual de sacerdotes y religiosos. Fundó y dirige el St. Michael Center for Spiritual Renewal, organización católica no lucrativa que ora con personas con padecimientos espirituales, especialmente sanación y liberación.

En un portal vinculado a esta obra, el padre Stephen refiere cómo muchas veces Satanás está detrás de problemas psíquicos y como su acción debilita no sólo la salud física de las personas sino también su capacidad espiritual. Algunas de esas debilidades que demonio aprovecha, engrandece y presenta son:

– baja autoestima

– pensamientos depresivos

– ideas desagradables y repetitivas

– ansiedad

– miedo extremo sin causa lógica

– frustraciones e ira

Esto se traduce en seis sugerencias continuas:

– Eres una persona terrible

– No hay esperanza para ti

– A Dios no le importas

– Este tormento no va a terminar

– Vas a ir al infierno

– Deberías suicidarte

“Estas obsesiones demoníacas son doblemente peligrosas porque Satanás puede ocultarse detrás de las debilidades psíquicas de la persona.  Las personas no se dan cuenta de la fuente demoníaca y, así se refuerza en ellos la certeza de que su desdicha es irremediable. Entonces, corren el riesgo de hundirse aún más en la desesperación”, dice el padre Rossetti.

Y es así que con la experiencia del trabajo pastoral de muchos años el mismo padre Rossetti propone varias maneras de combatir todo eso:

  1. Ante todo, ayuda con un profesional de la salud mental y a continuación, si son creyentes, ayuda espiritual
  1. “Reconoce el verdadero origen de tus tormentos mentales. Sí, tienes una debilidad psicológica subyacente que te hace vulnerable a estas cavilaciones negativas, pero Satanás te atormenta con ellas.  Una vez que las personas pueden reconocer la acción del Maligno, pueden sentirse menos culpables y más distantes emocionalmente de ellos”.
  1. “Déjalos venir…. y déjalos ir. A muchas personas les resulta difícil dejar estas obsesiones mentales.  De hecho, cuanto más se intenta detenerlas, más fuertes suelen ser.  Más bien, no ofrezcas resistencia.  Deja que te entren por un oído y que te salgan por el otro.  Intenta no aferrarte a ellas.  Como dijo una santa al ver a Satanás a los pies de su cama: Oh, sólo eres tú».
  1. Respira y relájate. Nuestro cuerpo se tensa cuando estamos estresados.  Respira lenta y profundamente.  Inhala lentamente, exhala lentamente.  Respira profundamente.  Ejercita el cuerpo caminando o cualquier otro ejercicio que te funcione.  Cuando el cuerpo se relaja, ayuda a la mente a relajarse”.
  1. “Cierre la puerta a lo demoníaco. Satanás se aprovecha de una debilidad psicológica. Hay heridas y traumas del pasado que han dado lugar a esta debilidad. Busca sanar estas heridas psíquicas internas.  La psicoterapia, las oraciones de sanación, la dirección espiritual, los rituales de perdón y los sacramentos pueden ser fuentes de sanación interior”.
  1. Recita Oraciones de Liberación centradas en el tormento concreto. Por ejemplo, si la persona sufre de odio a sí misma, diga a menudo: «En el santo nombre de Jesús, renuncio al espíritu maligno del odio a sí mismo y le ordeno que me deje».  O si el problema es la ira: «En el santo nombre de Jesús, renuncio al espíritu maligno de la ira y le ordeno que me deje».
  1. Dirígete a Jesús, repetidamente. Utilizar regularmente oraciones cortas y exclamativas puede ayudar a centrar la mente en Jesús. Las oraciones típicas son: «Jesús, confío en ti» o «Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí, que soy un pecador» o «Jesús, María» u otra oración corta y sagrada de tu elección”.
  1. Ofrece tu sufrimiento por los demás. Todos tenemos nuestros propios sufrimientos. Algunas personas tienen grandes sufrimientos físicos.  Tú tienes grandes sufrimientos mentales.  Estos tormentos mentales, cuando se entregan a Jesús con fe, pueden ser una fuente de gracia para otros, y para ti”.
  1. “Está en paz. Eres imperfecto y estás roto. Estás sufriendo. No pasa nada. Precisamente por eso el Hijo de Dios se hizo carne.  Murió por tus pecados. No te salvarás a ti mismo; nunca dejarás de sufrir en esta vida.  Confía en Jesús; él te salvará”.

 

Con información de Religión Confidencial y Porta Luz.

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Redacción Zenit

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